Hace 200 años, el 16 de junio de 1822, en medio de cohetes, fuegos artificiales y repiques de campanas, el Libertador Simón Bolívar conoció a Manuela Sáenz, una destacada prócer de la historia independentista de Ecuador y la Patria Grande, quien se convertiría en el gran amor de su vida y su más fiel defensora.

Ese día, Bolívar entró a Quito entre aclamaciones, recién liberada la ciudad del dominio español. Le precedía Antonio José Sucre, el héroe de la batalla de Pichincha (Ecuador), siendo aclamados ambos como sus  libertadores en una gran fiesta popular.

Desde los balcones les eran lanzadas flores por bellas y jóvenes mujeres del pueblo. Entre ellas se encontraba Manuelita Sáenz, con 24 años de edad para el momento, y quien se enamoraría de Bolívar el mismo día, en el baile del municipio.

Manuelita, quien nació en Quito en 1795, sería el gran amor de Bolívar hasta 1830. Era hija “natural” de Simón Sáenz, comerciante español y realista, y de María Joaquina de Aizpuru, bella mujer hija de españoles de linaje, quien en el futuro tomaría partido por los rebeldes antiimperialistas.

La historiografía del siglo XIX se encargaría de omitir la presencia de esta mujer en el círculo de Bolívar. Pese a ello, la misma historia se vio en la necesidad de otorgarle a Manuela Sáenz la categoría de heroína.

Su papel en la lucha independentista ha sido reivindicado y ahora su enorme rol en la gesta emancipadora de América Latina, es admirado y estudiado.

El 5 de julio de 2010, durante la conmemoración del 199° aniversario de la firma del Acta de Independencia venezolana, sus restos simbólicos fueron trasladados por vía terrestre desde Perú, atravesando Ecuador, Colombia y Venezuela hasta arribar a Caracas, donde reposan junto a los restos del Padre de la Patria, su eterno amor, Simón Bolívar, en el Panteón Nacional.

“Manuela Sáenz llega para quedarse junto a Bolívar y entre nosotros. Nuestra Generala, ya lo era del Ejército del Ecuador y ahora lo es de nuestro Ejército Bolivariano, arriba a tierra venezolana: aprestémonos, con fervor patrio y revolucionario, para recibirla, rindiéndole todos los honores que le corresponden”, escribió el entonces presidente Hugo Chávez Frías.

“Desde el 5 de julio de 2010, los restos simbólicos de la infinita quiteña, reposarán al lado de su amado caraqueño infinito, en el Panteón Nacional (…) Simón y Manuela, inconmensurables ambos en su vuelo, vivieron su pasión atravesada por una paradoja, la pasión libertaria los unía y los alejaba a la vez: la historia que estaban fraguando y forjando imponía sus circunstancias y quizá compartieron menos de lo que desearon en vida”, explicó Chávez en su homenaje epistolar.

“Pero como sucede con los seres que entregan su espíritu a lo más elevado de la humanidad, la muerte queda vencida por el ímpetu triunfal de la vida imperecedera. Por eso, nos atrevemos a decir que Manuela se halla en Caracas más viva y eterna que nunca: el símbolo de su presencia en el seno del pueblo venezolano es un acto de amor contra el olvido y la desmemoria”, manifestó Chávez en sus líneas publicadas el 4 de julio por El Correo del Orinoco.

El comandante, en ese momento, hizo justicia a la guerrera quiteña frente a la visión histórica machista que quiso disminuir su ejemplo:

“No ha habido mujer más valerosa y genial en la historia de América Latina. Es una verdadera impropiedad y hasta una inequidad histórica (normal dentro de nuestra nefasta afición subdesarrollada, a esclarecer unos valores y oscurecer los otros) asociar y explicar la figura de Manuela Sáenz, tan sólo en referencia a la figura de Simón Bolívar. Antes o después de Bolívar, con Bolívar o sin él, Manuela demostró ser lo que era. Y nadie, me atrevo a agregar yo, supo esto mejor que el mismo Simón Bolívar”.

Venezuela celebrará el amor de Manuelita y Bolívar

«Este año, atención mujeres y hombres, oído, de América Latina, de Ecuador y Venezuela, este año conmemoramos los 200 años del encuentro de Manuelita Sáez y Simón Bolívar en Quito, del amor más grande que conozcan las luchas de liberación de la Patria Grande, y estaremos celebrando allá en Quito», informó el presidente Nicolás Maduro Moros en marzo de 2022.

El presidente rememoró este primer encuentro entre el Padre de la Patria y su gran amor y fiel defensora, y adelantó que Venezuela estará presente en Ecuador para tan magna fecha.

 

Claves biográficas:

A los 14 años, el 10 de agosto de 1809, Manuelita Sáenz vio por primera vez la revolución independentista de Quito. Cerca de su casa, un grupo de patriotas criollos desconoció al representante de la Real Audiencia de Quito, Manuel Ruiz Urriés de Castilla, lo obligó a abandonar el palacio de Gobierno y proclamó la libertad de la ciudad.

En esta acción libertaria estuvieron involucradas muchas mujeres que inspiraron a Sáenz, entre ellas Manuela Cañizares.

Un año después, los realistas volvieron al poder y los independentistas fueron encarcelados. El 2 de agosto de 1810 hubo un intento de sublevación para sacarlos de la cárcel, pero todos los patriotas fueron asesinados. La matanza se extendió a las calles y murieron 300 personas. Esta barbarie marcaría a Sáenz y determinaría su rechazo hacia los españoles.

A los 22 años de edad, inició sus actividades en favor de los independentistas, luego de contraer matrimonio con el comerciante inglés James Thorne y residenciarse en San Sebastián de Lima, Perú.

Después de separarse de su esposo por haberla engañado, regresó a su ciudad natal. Allí estableció una amistad con el general venezolano Antonio José de Sucre. Junto a él participó en los preparativos de la batalla de Pichincha, que se libró el 24 de mayo de 1822, en las faldas del volcán Pichincha de Quito y que dio la libertad al Ecuador.

Bolívar le regaló un uniforme, que ella utilizaba a la hora de sofocar algún levantamiento. La muerte de su padre la motivó a regresar a Lima. Fue nombrada por Bolívar miembro del Estado Mayor del Ejército Libertador; peleó junto Sucre en Ayacucho, siendo la única mujer que pasaría a la historia como heroína de esta batalla.

En una carta a Bolívar, Sucre describe que Sáenz «se ha destacado particularmente por su valentía; incorporándose desde el primer momento a la división de Húsares y luego a la de Vencedores, organizando y proporcionando avituallamiento de las tropas, atendiendo a los soldados heridos, batiéndose a tiro limpio bajo los fuegos enemigos; rescatando a los heridos».

Una vez aprobada la Constitución para las nuevas naciones, marchó a Bogotá junto al Libertador. Eran los tiempos del corto esplendor de la Gran Colombia. Manuelita militaba activamente en el partido bolivariano y se encargaba de llevar los archivos del Libertador. Durante el día vestía de soldado y, junto a sus fieles esclavas de siempre, se dedicaba a patrullar la zona.

Durante su relación sentimental con Simón Bolívar, Sáenz se estableció en Bogotá, donde desde muy temprano sospechó de la traición que planeaba el general Francisco de Paula Santander. Su instinto no estuvo equivocado.

En septiembre de 1828 en el palacio de San Carlos, 12 conjurados intentaron asesinar a Bolívar mientras dormía, pero Manuela los despistó y alertó al Libertador para que escapara por una ventana. Este acto le mereció el título de Libertadora del Libertador.

Tras la muerte del Libertador el 17 de diciembre de 1830 y la separación de la Gran Colombia, Manuela siguió defendiendo el proceso bolivariano, pero en 1834 fue expulsada del país.

En Ecuador no la recibieron y finalmente fue aceptada en Perú, donde fue confinada al pequeño puerto al norte, Paita. En sus últimos años, según historiadores, Manuela trabajó haciendo dulces, vendiendo tabaco a los viajeros en una pequeña tienda, sirviendo de intérprete a viajeros ingleses o franceses que llegaban de lejanas tierras.

La prócer ecuatoriana falleció el 23 de noviembre de 1856, a los 60 años de edad, durante una epidemia de difteria que azotó el norte de Perú.

El cuerpo fue sepultado en una fosa común del cementerio de Paita, Perú, y todas sus posesiones fueron incineradas, incluyendo una parte importante de las cartas a Simón Bolívar y documentos de la Gran Colombia que aún mantenía bajo su custodia. Pero antes de morir le entregó al prócer O’leary, gran parte de documentos que había recopilado para escribir la biografía de Simón Bolívar, refieren las crónicas.

Finalmente, su aguerrido ejemplo de vida fue reivindicado, con el traslado de sus retos simbólicos al Panteón Nacional de la República Bolivariana de Venezuela.

FUENTES:

https://www.vtv.gob.ve/venezuela-participara-200-anos-encuentro-bolivar-y-manuelita-quito/

Manuela Sáenz y el Libertador Simón Bolívar se encontraron por primera vez hace 198 años

https://www.telesurtv.net/news/manuela-saenz-heroina-libertadora-america-latina-20191123-0002.html

Especial| Manuela Sáenz: La “Libertadora del Libertador”, ejemplo de templanza y amor a la Patria

Las Líneas de Chávez|¡Manuela Vuelve!

https://www.biografiasyvidas.com/biografia/s/saenz_de_thorne.htm

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