Cualquier abuela venezolana puede dar fe de las propiedades curativas del tomillo. Su uso como condimento está extendido a nivel planetario, pero, además, según la dolencia, en infusión, en polvo, en aceite o consumido directamente de la planta ofrece alivio ante diversos malestares; es antiinflamatorio, antiséptico, antidiarreico, broncodilatador y hasta fungicida. De su poder sabían los egipcios, que lo usaban entre la mezcla antibacteriana que les ayudaba a embalsamar a sus momias, y hoy la farmacéutica moderna lo emplea en al menos diez medicamentos de uso comercial, según el Vaduvecum.
La capacidad terapéutica del tomillo ha estado en boca de mucha gente esta semana al anunciarse la presentación del fármaco Carvativir, un antiviral de amplio espectro con sello venezolano capaz de atenuar los síntomas de la covid-19 y por tanto contribuir a una recuperación más rápida e incluso a la sobrevivencia. El aceite esencial de esta planta es su materia prima a través de un compuesto fitoquímico que se encuentran también en el orégano: el isotimol, a su vez colocado en escualeno, que funciona como excipiente.
La historia del Carvativir comenzó en silencio hace nueve meses, con ensayos preclínicos y estudios clínicos en pacientes con cuadros leves, moderados y críticos, en hospitales centinela y en el Poliedro de Caracas. Para garantizar una investigación de resultados fiables, en diferentes etapas se probó en laboratorios de Venezuela, Turquía y Estados Unidos. Lo descubierto cubrió con creces las expectativas y ahora el país pone a disposición del mundo este descubrimiento bajo el precepto universal de la solidaridad. Profundicemos en esta historia de ciencia e innovación con sello venezolano.
Antivirales contra el coronavirus
Aunque el desarrollo de las vacunas contra la covid-19 acaparan titulares desde hace un año, el trabajo en la formulación tratamientos antivirales para paliar los efectos de la enfermedad ha sido una noticia menos taquillera.
A inicios de pandemia sonaron medicamentos ya aprobados para otras infecciones, que según la comunidad científica podían ser tratamientos efectivos contra este nuevo virus. Apareció como opción prometedora la cloroquina, utilizada originalmente frente a la malaria y algunas enfermedades autoinmunes como el lupus o la artritis reumatoide; también el Remdesivir, un antiviral de amplio espectro que se encuentra en fase de ensayo clínico frente al Ébola. Hoy ambos medicamentos no cuentan con el visto bueno de la OMS en lo que respecta al tratamiento del coronavirus.
Otro fármaco es el Favipiravir, desarrollado en Japón y aprobado para tratar la gripe, del cual a su vez nacieron dos medicamentos de sello ruso: el Avifavir y el Coronavir.
Como nuevo medicamento, esta semana, en paralelo con el anuncio del Carvativir, en España se presentó el Aplidin, un fármaco antiviral hecho a base de plitidepsina, aislado a partir de una especie de ascidia llamada aplidium albicans, que se encuentra en aguas poco profundas de todo el mundo. Este antiviral lleva el sello del laboratorio PharmaMar y, dicen, reduce casi al cien por ciento la carga viral del SARS-Cov-2.
Pero a diferencia del medicamento venezolano, el Aplidin solo ha sido probado en dos ratones, no ha tenido pruebas clínicas, ergo, se desconoce su efectividad en humanos. En ese contexto apareció el fármaco venezolano.
Carvativir, un esfuerzo científico de primer nivel
El Carvativir es producido por Labfarven, Laboratorio Farmacológico de Venezuela C.A, y su desarrollo fue un parto colectivo a cargo del Ministerio de Ciencia y Tecnología, el Ministerio de Salud, el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic), el Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel y el Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses.
Los detalles de esta innovación médica venezolana están sistematizados en informes científicos que están a la espera de ser publicados en revistas internacionales especializadas. El fármaco será entregado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) con los resultados de la eficacia antiviral y el mecanismo de acción del compuesto isotimol para su respectiva certificación internacional.
Según el resumen global de la investigación, la patente tuvo una aprobación en examen de forma el pasado 14 de diciembre de 2020. Previo a eso, en sus fases preclínicas de ensayo, el medicamente contó con el in vitro (Placa de Petri), desarrollado por el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) y Laboratorios Carmed (Turquía), que consistió en un ensayo realizado en ratones, mientras que el ensayo in silico (ensayo con modelos de computadora), fue realizado por Autodock Vina (Venezuela), que desarrolló el modelo molecular de simulación.
El reporte refiere que las fases clínicas I y II se llevaron a cabo entre junio y julio 2020. En el ensayo clínico participaron cien pacientes y se midió seguridad y posología.
En este estudio clínico sobre la actividad antiviral e inmunomoduladora del compuesto isotimol recombinado contra el agente SARS-CoV-2 en pacientes covid-19 participaron investigadores del Departamento de I&D, Centro de Investigación adjunto Droguería J&R, Laboratorio Farmacológico de Venezuela (Labfarven), Hospital Dr. Domingo Luciani y del Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses (Senamecf).
En la fase III (agosto-noviembre 2020) se realizó el ensayo clínico multicéntrico, aleatorizado, doble ciego con placebo (herramienta del método científico que se usa para prevenir que los resultados de una investigación puedan estar influidos por el efecto placebo), con la participación de 600 pacientes. De este número, la mitad con isotimol (fase experimental) y la mitad con placebo (fase control).
El Comité de Bioética del Hospital Universitario Periférico Dr. Miguel Ángel Rangel midió la seguridad, tolerabilidad y actividad antiviral e inmunomoduladora del compuesto. Indicaron que en las pruebas clínicas y preclínicas realizadas a los pacientes se encuentran: Hematología completa, Dimero D, Ferritina, Fibrinógeno, PT y PTT, IgM, IgG, IL-6, Proteína C reactiva (PCR), RX de tórax, TC Y RT-PCR, las cuales fueron procesadas en los laboratorios Inmuno XXI (Caracas, Venezuela) y Mayo Clinic (Minnesota, EEUU).
Asimismo, el informe refiere que se realizaron pruebas adicionales sobre la estabilidad acelerada y el estudio microbiológico del isotimol (Carmed, Turquía) y la cromatografía de gases con espectrometría de masa, así como la espectroscopia de absorción infrarroja FT-IR, a cargo del IVIC.
El Carvativir salva vidas
En palabras sencillas, el medicamento venezolano salva vidas porque al atajar los síntomas de la enfermedad no permite que el paciente empeore hasta el punto de no retorno. Lo explicó Raúl Ojeda Rondón, el investigador principal del proyecto que diseñó el Carvativir, en recientes declaraciones.
“El Carvativir presenta científicamente, con evidencias, una acción terapéutica. (…) El Carvativir reduce el tiempo de recuperación hospitalaria porque acelera la respuesta inmunológica. Eso es parte de los hallazgos de Venezuela. Se logró determinar que tiene actividad terapéutica antiviral. La molécula inhibe la replicación viral en las células humanas. La carga viral la va disminuyendo. Potencia asimismo facultades inmunomoduladoras. Disminuye, lo que nosotros llamamos en medicina la tormenta de citoquinas, que no es más que la respuesta exagerada del sistema inmunológico, lo que se conoce como la inflamación pulmonar a través de una neumonía atípica por covid-19. Allí es donde entra el proceso de intubación”, destacó.
Ahora viene la fase IV del medicamento, que es la producción en masa y la fármacovigilancia. El equipo científico que edificó este logro está invitando a la OMS a Venezuela para certificarlo. “Nos vamos a abrir a todas las comunidades científicas del país y del extranjero para que vean lo que hemos obtenido hasta el día de hoy”, dijo.
Todo lo ratificó el presidente Nicolás Maduro cuando presentó oficialmente el hallazgo venezolano: “El Carvativir pasó todos los estudios; ya tiene las patentes y el registro sanitario en nuestro país. Este medicamento ha mostrado una efectividad de cien por ciento contra el virus”. El Carvativir será distribuido en todo el sistema público nacional para el tratamiento del virus pandémico y constituye un avance médico que Venezuela quiere compartir con el mundo para el combate en mancomunidad de la nueva enfermedad que hasta ahora no da tregua.
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