Cerca de las 5:30 de la tarde del 4 de agosto de 2018, el presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, encabezaba el acto en conmemoración del 81 aniversario de la Guardia Nacional Bolivariana, en la avenida Bolívar de la ciudad de Caracas, en medio del fragor de su discurso, fue víctima de un atentado que buscó acabar con su vida.
Mientras el primer mandatario apostaba por el bien del país y enfatizaba que había llegado la hora de la recuperación económica, el Drone DJI Matrice 600 accionó una carga de explosivos C4 y perdigones, frente a la tarima presidencial.
Momentos después de que se activaran eficientemente los protocolos de seguridad, un segundo estallido tuvo lugar a unos 400 metros del lugar (Edificio Don Eduardo), lo que comprobaba que intento de magnicidio fue una acción coordinada que incluía varios objetivos.
El atentado terrorista dejó un saldo de siete efectivos militares heridos y conmocionó a la opinión pública del país y del mundo.
«Todo el trabajo que se ha hecho inmediatamente después, ha permitido establecer ya con evidencia, que se trata de un atentado en contra de la figura del Presidente. Para la tranquilidad de todos los venezolanos, ha resultado ileso y se encuentra realizando su trabajo habitual y en reunión permanente con los Ministros y Alto Mando Militar», indicaba el vicepresidente sectorial de Comunicación, Turismo y Cultura, Jorge Rodríguez.
Ese mismo día cerca de las 9:00 de la noche, el presidente Maduro desde el Palacio de Miraflores, dirigía su primer discurso después de aquel vil ataque en contra de su vida y la de los presente. El jefe de Estado venezolano se dirigió a Venezuela y el mundo para dar detalles de lo ocurrido.
«A mi me protege Dios y en la tierra me protege el pueblo y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, por eso estoy de pie, viGuardia Nacional Bolivarianactorioso, listo para seguir las batallas y combates que me toquen», fueron las primeras palabras en cadena nacional del presidente constitucional.
Operación «David contra Goliat»
80 puntos de control se activaron en un un despliegue especial para asegurar la ciudad luego de las explosiones, en 10 minutos, los cuerpos de inteligencia de la nación comandados por el ministro para Relaciones Interiores, Justicia y Paz, M/G Néstor Reverol, detuvieron a algunos de los autores materiales de tan nefasto y macabro plan.
Dos personas fueron atrapadas infraganti dentro de un vehículo en las cercanías del lugar de los acontecimientos. Argenis Gabriel Valera Ruiz, alias «El Ingeniero», quien fue identificado posteriormente como uno de los operadores del drone y Juan Carlos Monasterios alias «Bons».
La operación terrorista denominada por los implicados como: «David contra Goliat», además de asesinar al presidente de la República, también tenía planteado no dejar ningún sobreviviente, ya que los planes iniciales incluían varias detonaciones dentro de la tarima. Sin embargo, posteriormente se conoció a través de las pesquisas que gracias a los mecanismos de defensa de la nación, las señales interferidas no permitieron que se consumara el hecho completamente.
Magnicidio frustrado
Julio Borges quien actualmente se encuentra prófugo de la justicia venezolana, protegido por el gobierno colombiano, junto al ex diputado Juan Requesens, detenido el 7 de agosto por el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), y Fernando Albán, fueron imputados con el cargo de homicidio intencional calificado en grado de frustración en contra del ciudadano Nicolás Maduro Moros, por la Fiscalía General de la República, tras ser comprobada su participación en el hecho.
Los dirigentes derechistas planificaron los actos terroristas desde Colombia, alentando una guerra civil en Venezuela, con la colaboración de Osman Alexis Delgado, alias «Alcon 2», quien planificó libremente la operación desde Estados Unidos (EEUU), por la que recibieron aproximadamente 20 millones de dólares como parte del financiamiento del magnicidio.
Continúan las investigaciones
El pasado 11 de junio, el fiscal general, Tarek William Saab, informó que siguen las investigaciones en el caso por el cual se han imputado un total de 38 personas, de las cuales 31 se encuentran privadas de libertad y siete con medidas sustitutivas. Además se han presentado 18 acusaciones y existen 15 personas con orden de aprehensión, pero que según las declaraciones de Saab, se encuentran fuera del país.
A un año del atentado contra su vida, el presidente Nicolás Maduro sigue ratificando su disposición al diálogo para garantizar la paz de la nación. Luego del 4 de agosto de 2018, tras fallar en sus intenciones, la derecha venezolana a las ordenes del imperialismo estadounidense, han intensificado los ataques.
La participación directa del gobierno de Estados Unidos ha quedado en evidencia con los constantes llamados a la confrontación y su estrategia sistemática para someter al pueblo venezolano a una situación extrema a través de la asfixia económica.
La contundente victoria del presidente Maduro en las elecciones de mayo de 2018, generó que los factores extremistas buscaran la aniquilación inmediata de la vanguardia revolucionaria articulada a través de la figura del presidente, sin embargo, ante el fracaso, decidieron pasar a otra fase de agresión que tuvo como punto de ebullición la infame autoproclamación presidencial de un personaje que ha servido como instrumento para ejecutar uno de los fraudes más grandes de los últimos tiempos.
Luego de un año del atentado terrorista, el presidente Maduro sigue firme en la conducción del gobierno, siempre con el ideal chavista y bolivariano como estandarte de lucha.
T/AVN