Conoce aquí las causas por las que no puedes dormir

La alteración del sueño es el periodo en el que una persona duerme mal durante un breve tiempo, en general entre tres noches y dos semanas. Estas alteraciones y la mayor parte de los problemas del sueño están causados por un desajuste entre el ‘homeostato del sueño’ (la necesidad biológica de dormir), el ritmo circadiano de sueño-vigilia (el reloj interno del cuerpo) y el entorno en el que nos encontramos.

Así lo defiende el director del Centro Northumbria para la Investigación del Sueño, y experto a nivel mundial en trastornos del sueño, el profesor Jason Ellis, en ‘Supera el Insomnio en una semana’ (Urano), quien recuerda que pasamos una tercera parte de nuestra vida durmiendo y, cuando no lo hacemos correctamente es cuando comprendemos lo importante que es para nosotros este hábito.

Generalmente una persona que está dormida tiene los ojos cerrados, está acostada y guarda silencio. Se trata de una actividad pasiva, según se creía desde hacía tiempo. Pero fue en los 50 cuando se descubrió que el sueño no sólo es un fenómeno pasivo, sino que hay dos tipos de sueño activo: el sueño de movimientos oculares rápidos o ‘sueño REM’, así como el sueño ‘no REM’.

Se han identificado tres factores principales que ayudan externamente a regular el sistema circadiano del sueño-vigilia: la luz, la comida y el ejercicio. “Incluso pequeñas cantidades de luz azul (móvil, Tablet) por la noche pueden frenar la producción de melatonina, haciendo que nos desvelemos y retrasando potencialmente el inicio de nuestro sueño, el momento de dormirnos. Esto nos ofrece un primer indicio de por qué existe una tasa tan alta de trastornos de sueño en la población en general”, agrega.

Con ello, advierte de que la dependencia de estos factores externos que contribuyen a regular el ritmo circadiano de sueño-vigilia significa que pueden crear una alteración de sueño, o en todo caso agravar el sueño si su magnitud es insuficiente, por ejemplo un acceso limitado a la luz natural durante el día, o cuando la exposición a estos factores se produce en momentos inoportunos, por ejemplo cuando hacemos ejercicio poco antes de acostarnos.

Por otro lado, llama la atención sobre el hecho de que una siesta larga a última hora de la tarde reducen el deseo de dormir por la noche y pueden impedirnos conciliar el sueño con facilidad.

 

T/Econoticias