¿Sabías que ayuno y detoxificación no es lo mismo?

Foto Archivo
Foto Archivo
El ayuno es la abstención de consumir alimentos sólidos durante un tiempo determinado. De hecho cada día ayunamos algunas horas, desde que hacemos nuestra última comida por la noche hasta el momento en que nos levantamos y des-ayunamos. Durante esas horas el organismo aprovecha para hacer tareas de reparación celular y de eliminación de toxinas. Esto lo podemos observar por la mañana cuando tenemos la lengua blanca, aliento fuerte, saliva espesa, orina oscura…Pero al momento que ingerimos alimento, el proceso de limpieza se para.
Desde la antigüedad el ayuno siempre ha sido considerado un camino hacia la salud, un medio a través del cual potenciar la fuerza curativa natural del cuerpo; siempre se practicaba durante la enfermedad. Actualmente el ayuno bien puede formar parte de una práctica espiritual o bien puede ser una auténtica “limpieza a fondo” de nuestro organismo, período durante el cual se busca apoyar las vías de eliminación (hígado, riñones, piel, sistema linfático, intestinos y pulmones) con agua, infusiones, caldos y/o zumos.
Para quien no se atreva con un ayuno está la alternativa de “hacer un detox”, es decir una depuración orgánica en la cual aunque haya muchas restricciones alimentarias, se puede comer sólido: básicamente verduras y algo de fruta, caldos, infusiones, zumos y batidos.
El perfil de los actuales programas detoxificantes tiene un carácter preventivo aunque también resulta de utilidad a las personas que tienen enfermedades crónicas. Sin embargo NO hay que padecer ningún trastorno importante de salud para hacer una depuración orgánica, se puede utilizar como una medida terapéutica para aumentar la vitalidad y hacer más fuerte nuestro sistema inmune.
Podríamos hacer una comparación entre limpieza orgánica y limpieza de nuestra casa (al fin y al cabo nuestro organismo es nuestra casa interna) ¿para qué limpiamos?: por razones de higiene, para que no se acumule la suciedad, de paso hacemos orden, recogemos, a veces aprovechamos para tirar algo que está estropeado…es agradable, nos sentimos bien. En el interior del cuerpo ese sentirse bien se traduce en un fenómeno bioquímico llamado “homeostasis”. La homeostasis es el equilibrio interno. Para que las células de nuestro cuerpo puedan vivir y funcionar correctamente tienen que mantenerse en un ambiente constante, tanto en su interior celular como en el líquido extracelular. Si hay desequilibrios el cuerpo tiene mecanismos para intentar equilibrar pero si estos son excesivos o frecuentes, empiezan a haber trastornos.
T/Ecoticias