¿Qué es el hígado graso? ¿Cómo se trata?

Foto: (Agencias)
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Quizás hayas oído hablar de esta enfermedad que afecta a muchos adultos (alrededor del 25% de la población) y que consiste en la acumulación de grasas en las células hepáticas.

El hígado graso, también conocido como esteatosis hepática, es un problema relacionado con la obesidad, la hipertensión, el colesterol alto y la diabetes, ya que un 80% de los pacientes con estas enfermedades lo padecen.

Además, hay un tipo de esteatosis hepática causado por la ingesta excesiva de alcohol.

El diagnóstico del hígado graso se realiza mediante:

Una ecografía
Discrimina el grado de severidad del cuadro y la cantidad de grasa presente en el hígado.

Una biopsia hepática
Brinda un diagnóstico definitivo y se indica en aquellas personas con mayor riesgo de padecer hepatopatía.

Pruebas de laboratorio
En general, los valores están de 2 a 3 veces por encima en relación a lo normal cuando un paciente padece este problema hepático. Los aumentos son en la glucosa, el colesterol y los triglicéridos.

Dos tipos de hígado graso

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Podemos diferenciar a los pacientes en dos grandes grupos:

Hígado graso por alcoholismo
El órgano no tiene la capacidad para descomponer las grasas y las va acumulando.

Lo bueno es que, si la persona deja de beber alcohol, a las 6 semanas aproximadamente la condición desaparece o disminuye. Si en cambio continúa o aumenta su ingesta alcohólica la enfermedad puede empeorar o convertirse en cirrosis.

Hígado graso no por alcoholismo
Como se decía anteriormente, las causas son la diabetes del tipo II, el colesterol elevado, el consumo de algunos medicamentos y las dietas que hacen perder peso demasiado rápido.

¿Quieres conocer más? Lee: 5 consejos para mejorar la función del hígado y la vesícula biliar

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¿Cuáles son las señales de alerta del hígado graso?
En muchos casos las personas no presentan síntoma. Sin embargo, hay algunos signos que indican que puedes estar teniendo hígado graso:

Si eres mujer de mediana edad y con sobrepeso.
Si tienes trastornos de azúcar o grasas en sangre (diabetes o colesterol).
Si en tu familia alguien ha padecido problemas hepáticos.
Si llevas hábitos alimentarios poco saludables.
Si presentas fatiga crónica o malestar en la parte superior del abdomen.
Si por más de que realices dieta no logras reducir los niveles de triglicéridos.
¿Cómo evitar el hígado graso?
Estos consejos te pueden ayudar a no padecer esteatosis o bien a reducir los síntomas:

Reduce la ingesta de azúcares y harinas refinadas, grasas de origen animal y alcohol.
Consume más verduras, frutas y frutos secos.
Sigue la dieta mediterránea que es de las más saludables que existen.
Realiza actividad física 2 a 3 veces a la semana.
No consumas muchos medicamentos tales como antiinflamatorios, analgésicos, estrógenos o antimicóticos.
Reduce tu peso corporal de manera gradual (no con acciones drásticas).
Incrementa la ingesta de antioxidantes.
Vacúnate contra las hepatitis A y B.

Recetas naturales para combatir el hígado graso
Además de los consejos indicados anteriormente, pueden serte de mucha utilidad los siguientes remedios caseros para la esteatosis hepática:

Cardo mariano
Esta planta tiene muchas propiedades y, según estudios recientes, sirve para reducir la grasa en el hígado. También mejora las funciones de este órgano, aumenta la regeneración hepática y permite descomponer las grasas que se han acumulado.

Puedes consumir un suplemento de cardo mariano (se consigue en tiendas naturistas) o bien realizar una infusión.

Ingredientes
1 puñado de hojas y flores de la planta
1 taza de agua (250 ml)
Preparación
Pon a hervir el agua con el puñado de cardo mariano y deja que se haga la cocción durante 5 minutos. Retira del fuego y tapa 5 minutos más. Cuela y bebe.

Puedes endulzar con miel si consideras que es demasiado amargo o no te agrada su sabor.

Jengibre
Jengibre (2)
Debido a que tiene antioxidantes y ayuda a reducir los triglicéridos es bueno para tratar el hígado graso.

Compra una raíz de jengibre en el mercado y guárdala envuelta en papel film en la nevera para que se mantenga por más tiempo. Algunas personas optan por rallarlo en las ensaladas, sopas o tartas, por ejemplo. También puedes realizar un té.

Ingredientes

1 cucharada de jengibre rallado
1 taza de agua caliente (250 ml)
1 saquito de té
Preparación
Prepara la infusión como de costumbre. Retira el saquito y echa el jengibre. Remueve bien y bebe cuando aún esté caliente.

Toronja
Esta fruta, conocida también como pomelo, es muy buena para tratar el hígado graso y la prediabetes.

Uno de los componentes más importantes de la toronja es la naringenina que tiene la capacidad de activar los químicos encargados de la oxigenación de los ácidos grasos.

A su vez puede disminuir la grasa del cuerpo y atenuar el síndrome metabólico (dos factores relacionados con la esteatosis hepático).

Come un pomelo en ayunas cada mañana.

Alcachofa
No dudes en añadir esta verdura a tu dieta semanal para mejorar la salud del hígado. No aporta demasiadas calorías, es un perfecto diurético y, por si fuera poco, ayuda a regular los niveles de azúcar y colesterol en sangre.

La puedes consumir (mejor si es cruda) en salsas, aderezos, ensaladas o cremas.

No olvides leer: 10 razones para tomar alcachofa
Diente de leon
Esta planta silvestre que crece casi en cualquier sitio tiene muchas propiedades medicinales. Se trata de uno de los más potentes depurativos naturales, que permiten limpiar el hígado y mejorar la salud hepática.

Se consiguen los suplementos en las tiendas naturales.

Si tienes la posibilidad de plantar diente de león, aunque sea en una maceta, no lo dudes. Prepara una infusión.

Ingredientes

1 puñado de hojas y flores de la planta
1 taza de agua (250 ml)
Preparación
Hierve el agua con el diente de león 10 minutos. Deja reposar 5 minutos más. Cuela, endulza y bebe. Puedes tomar hasta 3 tazas por día.

 

T/Agencias