Empujar: un mal hábito para desechar del Metro

NORMASTodo caraqueño que haya utilizado el Metro con regularidad ha tenido que experimentar una serie de situaciones molestas como lidiar con las empujaderas durante las horas pico.
Esta mala costumbre de algunos usuarios es frecuente al entrar o salir del tren, en las salidas de las escaleras mecánicas, dentro de los vagones e, incluso, hay quienes usan la fuerza cuando caminan por las grandes transferencias como las de Plaza Venezuela y El Silencio.
El primero de los casos ocurre como a las 5:30 pm y los usuarios, que para ese instante abarrotan el andén de las estaciones, se concentran en un único y desesperado objetivo: entrar al tren.
En medio de la aglomeración, algunos temen caer en la vía, por lo que dan tímidos pasos hacia atrás. Unas luces al final del túnel dan cuenta de que se acerca ese momento. Todos se preparan: los estudiantes toman sus morrales, las mujeres abrazan con fuerza sus carteras y algunos intentan colearse. Segundos después, se detiene el tren y comienza la batalla.
En medio del desbarajuste, un joven, que sale disparado directamente a la puerta del otro extremo, intenta salvar sus anteojos. Detrás de él hay unas cinco personas que arremeten con todo su cuerpo para no quedarse por fuera. De adentro hacia afuera ocurre lo mismo, pero para salir.
En medio de este caos, hay quienes prefieren no intervenir y se hacen a un lado, aunque ello signifique tener que esperar el siguiente tren.
“Colaboren, caramba, córranse al pasillo”, grita siempre alguien sumido en la frustración.
El segundo caso se presenta en las escaleras mecánicas, justo al final del elevador. Sucede que algunos “atorados” que desean llegar más rápido de lo normal a su destino arrollan a ancianos, personas con discapacidad y a todo aquel que se encuentre en ese momento por delante de ellos.
Para evitar estos desagradables inconvenientes basta solo con cumplir dos normas de comportamiento. La primera: “Para entrar más rápido y seguro del vagón deje salir primero a las personas que llegan; la segunda tiene que ver con la forma de comportarse a la hora de caminar dentro de las instalaciones: “Circule siempre por la derecha y hágase a un lado cuando tenga que detenerse”.
Finalmente, quien apele a esta fea costumbre y desee desterrarla del subterráneo solo debe acudir al sentido común. Recuerde que al empujar a los demás, usted corre el riesgo de ocasionar daños a terceras personas como ancianos y niños.
 
 
T/CiudadCCS