Hace 45 años, el 8 de agosto de 1971, comenzó a gestarse la carrera militar de un joven muchacho llanero, llamado Hugo Chávez, quien años después se convertiría en uno de los líderes latinoamericanos más importantes de la historia contemporánea del mundo.
Procedente de Sabaneta de Barinas, el joven Hugo Chávez se destacó en la Academia Militar como un excelente estudiante que se graduaría de forma impecable en 1975 con el grado de subteniente de Artillería, especializado en Ciencias y Artes Militares, en la rama de Ingeniería, mención Terrestre.
Poseedor de un arrolladora personalidad, interesado por la historia y con una curiosidad investigativa por encima de lo común, el oficial Hugo Chávez poco a poco fue encaminando su vida con la conciencia cada vez más clara de que se convertiría en un defensor de la justicia y la igualdad.
“Y por azar de la vida caí aquí (Academia Militar). No tenía todavía despierta la vocación militar pero aquí nació el primer día, aquí fue donde uno comenzó a cuajarse, a hacerse hombre, a hacerse soldado patriota y bolivariano”, explicaba en 2011 Hugo Chávez.
No fue sino hasta 1982 que su interés por la política se hizo tangible con la fundación del Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR 200), título elegido a propósito de la conmemoración de los 200 años del natalicio del Libertador Simón Bolívar, que se cumpliría un año más tarde.
Sería el 17 de diciembre de ese mismo año, aniversario de la muerte de Bolívar, cuando el joven militar juró reformar el Ejército e iniciar el camino de lucha hacia la construcción de una nueva República. Los sucesos del Caracazo en febrero de 1989 avivaron aquel juramento, al haber contemplado con indignación cómo miles de manifestantes que rechazaban las medidas neoliberales implantadas por el gobierno de Carlos Andrés Pérez fueron masacrados por la Fuerza Armada de ese entonces, junto a la Policía Metropolitana y la Guardia Nacional.
4 de febrero de 1992
El fuego revolucionario que vivía en los corazones de los soldados dentro de los cuarteles, salió a las calles el histórico 4 de febrero de 1992; durante esos acontecimientos un grupo de soldados patriotas, liderado por Hugo Chávez, intentó sin éxito tomar el Palacio de Miraflores y la residencia presidencial conocida como La Casona, para poner fin al mandato de Carlos Andréz Pérez, signado desde un principio por un salvaje modelo capitalista.
“Lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados en la ciudad capital. Es decir, nosotros, acá en Caracas, no logramos controlar el poder. Ustedes lo hicieron muy bien por allá, pero ya es tiempo de reflexionar y vendrán nuevas situaciones y el país tiene que enrumbarse definitivamente hacia un destino mejor”, fueron las palabras que transmitieron los medios de comunicación luego de que el teniente Chávez fuera hecho prisionero y que lo catapultaron a ocupar un lugar protagónico en el futuro de Venezuela.
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