El fiscal General de la República Bolivariana de Venezuela, Tarek William Saab, reveló que el Departamento de Estado de Estados Unidos, en su informe sobre operaciones antidrogas publicado en marzo, no incluye ninguna mención al supuesto cartel de los soles ni vincula al presidente de la República, Nicolás Maduro, con narcotráfico. Tampoco se menciona al extinto tren de Aragua en dicho documento.
Durante una entrevista en el programa A Pulso, Saab destacó que los informes de la Administración para el Control de Drogas (DEA) correspondientes a 2024-2025 tampoco identifican a Venezuela como un actor relevante en el narcotráfico. El fiscal calificó estas omisiones como una contradicción evidente con las acusaciones posteriores realizadas por el gobierno estadounidense.
El máximo representante del Ministerio Público venezolano cuestionó la incoherencia de Washington al afirmar que si sus propios informes no vinculan a Venezuela con el narcotráfico, no se explica cómo dos meses después puedan inventar tales acusaciones. Saab criticó esta postura como una campaña de desinformación intencionada contra el país suramericano.
Cabe recordar que en agosto pasado el gobierno de Estados Unidos acusó al presidente Nicolás Maduro de supuestamente encabezar el inexistente cartel de los Soles y elevó a 50 millones de dólares la recompensa por su captura, lo que contradice sus propios informes técnicos.
El fiscal Saab lanzó duras críticas contra la política antidrogas de Estados Unidos, acusando al país de hipocresía y de utilizar el tema como una «coartada» para justificar intervenciones en el extranjero. Cuestionó especialmente que los informes estadounidenses omitan mencionar a capos y carteles de droga estadounidenses.
William Saab señaló a Estados Unidos como el mayor productor mundial de marihuana, destacando que esta droga es actualmente «cinco veces peor» que hace dos décadas debido a su modificación transgénica. También recordó que Estados Unidos es el único país que ha legalizado la droga en todo su territorio.
El fiscal concluyó que las acciones y informes de Estados Unidos en materia de drogas son contradictorios y no reflejan una verdadera lucha contra el crimen organizado, sino más bien una estrategia geopolítica para justificar intervenciones en otras naciones soberanas.
T/RNV