La población en los centros de detención migratoria de Florida se incrementó en un 111% tras el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, lo que ha provocado graves condiciones de hacinamiento, violaciones a derechos humanos y la muerte de al menos dos personas, reveló este lunes un informe de Human Rights Watch (HRW) junto con organizaciones civiles.
El estudio, elaborado antes de la apertura del polémico centro “Alcatraz de los Caimanes”, que albergará hasta 4,000 migrantes, detalla que en instalaciones como el Centro de Procesamiento Krome, el Centro de Detención Federal de Miami y el Centro Transicional Broward hay actualmente 2,524 personas bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
La investigación, respaldada por Americans for Immigrant Justice y Sanctuary of the South (SOS), expone testimonios de 17 detenidos que describen condiciones inhumanas, negación de atención médica, trato denigrante y falta de acceso a abogados. SOS presentó una demanda federal contra el nuevo centro, argumentando que viola la Primera y Quinta Enmienda de la Constitución estadounidense.
El informe subraya que, en junio, EE.UU. alcanzó un récord histórico con más de 56,000 migrantes detenidos, un aumento del 40% respecto al año pasado. Las organizaciones responsabilizan a las políticas de Trump y al gobernador Ron DeSantis, quien promovió “Alcatraz de los Caimanes” como parte de su estrategia contra la migración.
HRW y sus aliados exigen transparencia, mejoras en las condiciones de detención y respeto al debido proceso, advirtiendo que la situación podría agravarse con la operación del nuevo centro.
T/RNV