MST denuncia «crimen ambiental» y exige a Lula veto total a la Ley de Devastación

El Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST) calificó como un «crimen ambiental coordinado» la reciente aprobación del Proyecto de Ley 2.159/2021, conocido como la «Ley de Devastación», y demandó al presidente Luiz Inácio Lula da Silva que vete la normativa, considerada por el grupo como uno de los mayores retrocesos ecológicos desde la dictadura militar.

La Cámara de Diputados brasileña avaló la iniciativa en la madrugada del jueves 17 de julio, lo que desató críticas de organizaciones sociales y ambientales. Ahora, Lula tiene un plazo de 15 días hábiles para decidir si la promulga o la rechaza.

Renata Menezes, coordinadora nacional del MST, advirtió que, aunque el veto presidencial es clave, su efectividad dependerá de la movilización popular. La agrupación no descarta llevar el caso a los tribunales si el mandatario opta por un veto parcial o no actúa. Más de 350 organizaciones ya han alertado sobre los graves impactos que podría tener esta ley.  Menezes acusó al agronegocio y a las corporaciones transnacionales de estar muy bien articulados en el Congreso para impulsar normas que, según ella, facilitan crímenes ambientales sin consecuencias.

Otro punto de alarma para el MST es el avance paralelo del PL 8.262/2017, que permitiría desalojos forzosos sin orden judicial. La dirigente lo tildó de «ataque directo» contra campesinos, indígenas y comunidades quilombolas, y pronosticó un incremento de la violencia en zonas rurales si se aprueba. El movimiento vinculó estos proyectos con una reacción de la bancada ruralista tras el fracaso de la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) contra el MST en 2023, impulsada por sectores afines al exmandatario Jair Bolsonaro. Protestas masivas y críticas a la licencia ambiental express La polémica ley, aprobada previamente por el Senado el 21 de mayo, busca agilizar licencias ambientales mediante trámites digitales, eliminando evaluaciones previas de organismos técnicos.

Esto ha generado masivas protestas en 12 estados, incluyendo São Paulo y Brasilia, donde manifestantes exigieron su archivo y la protección de territorios indígenas. Aunque el MST reconoce los esfuerzos de Lula por reconstruir la democracia, mantiene una postura crítica, y afirmó Menezes que quieren que el Estado sea más decisivo y que el presidente asuma un rol protagónico en la reforma agraria.