Tras 65 años de presencia militar permanente, Francia concluyó oficialmente su despliegue en Senegal con una ceremonia solemne en el campamento Geille de Ouakam, en Dakar. Este acto marcó el fin de una era y el inicio de una nueva etapa en las relaciones bilaterales entre ambos países.
El evento contó con la presencia del jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas senegalesas, general Mbaye Cissé, junto a altas autoridades militares, diplomáticas y tradicionales de Francia y Senegal. Cissé destacó que este resultado fue fruto de «varios meses de discusiones fraternales», subrayando la voluntad de Senegal de construir una «asociación renovada» con Francia.
El nuevo acuerdo entre ambos países se centrará en instrucción, entrenamiento y formación militar, con posibilidad de ampliarse a actividades estratégicas según las necesidades de Senegal. «Fieles a sus principios, las Fuerzas Armadas senegalesas se comprometen a trabajar por una asociación eficaz y equilibrada, basada en el respeto mutuo y la soberanía», afirmó Cissé.
La salida de las tropas francesas se realizó de manera progresiva. A finales de marzo de 2025, bases como el Campamento Maréchal y el Campamento Saint-Exupéry ya habían sido devueltas, mientras que el cuartel Contra-Amiral Protet y el Centro Conjunto de Comunicaciones de Rufisque pasaron a control senegalés el 1 de julio. Con la entrega del campamento Geille, último bastión francés, los Elementos Franceses en Senegal (EFS) cesaron oficialmente.
El general Pascal Ianni, comandante del Comando África francés, calificó el momento como histórico: «Esta profunda transformación de nuestra relación no supone una ruptura, sino el inicio de una nueva página». A partir de ahora, la cooperación se enfocará en formación y apoyo técnico, alineados con las prioridades de Senegal.
Esta retirada se produce en un momento de creciente inestabilidad en la región del Sahel, donde países como Malí, Burkina Faso y Níger enfrentan un aumento de la violencia yihadista. La salida de Francia de Senegal refleja un cambio en la política de seguridad regional, basado en una colaboración más equilibrada y en la soberanía de las naciones africanas.
Con este paso, Senegal asume plenamente el control de su defensa, cerrando un capítulo histórico y abriendo uno nuevo en su relación con Francia.
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