La primera dama de Estados Unidos, Melania Trump, está bajo escrutinio luego de que la congresista demócrata Jasmine Crockett cuestionara la legalidad de la visa con la que obtuvo su residencia permanente en el país. Se trata de la llamada «Visa Einstein», un programa destinado a extranjeros con «habilidades extraordinarias», que suele beneficiar a científicos, atletas o artistas de renombre mundial.
Durante una reunión del Comité Judicial de la Cámara de Representantes, Crockett criticó que Melania, quien en 2001 era una modelo eslovena sin reconocimiento global, hubiera accedido a este beneficio migratorio. «No hace falta ser un Einstein para darse cuenta de que aquí las matemáticas no cuadran», afirmó la legisladora, señalando que la primera dama no contaba con logros como un Nobel, un Pulitzer o una medalla olímpica.
El programa EB-1, conocido coloquialmente como «Visa Einstein», está diseñado para personas con contribuciones excepcionales en ciencia, arte, educación, negocios o deportes. Sin embargo, se desconoce qué argumentos se usaron para justificar la aprobación del estatus migratorio de Melania Trump, generando dudas sobre posibles privilegios.
La polémica se intensifica por las contradicciones en la política migratoria de la administración Trump, que ha impulsado medidas restrictivas contra migrantes latinoamericanos mientras su propia familia accedió a beneficios especiales. Además, se especula que los padres de Melania también obtuvieron su residencia bajo un programa criticado por el presidente.
Este caso reabre el debate sobre la equidad en los procesos migratorios y si las élites políticas reciben un trato preferencial. Mientras los defensores de los migrantes exigen transparencia, los partidarios de Donald Trump descartan las acusaciones como un ataque político.
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