Reinauguran el Complejo Deportivo 1° de Mayo en Caracas

En un acto que demuestra la fuerza de la organización ciudadana y la colaboración entre instituciones, el Gobierno de Caracas y el Poder Popular trabajaron en conjunto para renovar un espacio emblemático que fortalece la democracia participativa y la acción colectiva.

La remodelación del Complejo Deportivo 1° de Mayo, ubicado en la parroquia Santa Rosalía, es un testimonio de cómo el Estado y las comunidades pueden unirse para lograr transformaciones sociales. Durante un encuentro transmitido por televisión, en el que participaron el presidente Nicolás Maduro y la alcaldesa Carmen Meléndez, junto a Walter Gavidia, presidente de la Corporación Juntos Todo Es Posible, y líderes locales, se celebró la culminación de este proyecto, que requirió tres meses de trabajo técnico y comunitario.

Esta iniciativa, enmarcada en el plan Caracas Segura, beneficia directamente a cerca de 6.000 vecinos, reafirmando que la participación ciudadana es esencial para edificar una ciudad más segura, equitativa y democrática.

Una obra impulsada por la comunidad

La recuperación del complejo fue posible gracias al esfuerzo de sus propios habitantes, demostrando que la organización popular es clave para el progreso social. En el proyecto colaboraron 3 profesionales, 40 obreros locales y 10 consejos comunales, entre ellos Las Casitas, Triunfadores 1° de Mayo y Vencedores de Ayacucho, consolidando así el poder popular como base de una Caracas soberana y comprometida con su historia.

Mejoras que renuevan el espacio público

Las obras incluyeron la rehabilitación de 650 m² de canchas deportivas, 600 m² de paredes, la instalación de 14 reflectores y 13 luminarias, además de la renovación de baños y gradas. Estos avances, logrados mediante la coordinación entre la Alcaldía y organizaciones comunitarias, mejoran la calidad de vida y refuerzan el sentido de pertenencia en el sector.

Más que un centro deportivo: un símbolo de lucha y unidad

Este complejo no solo es un espacio para el deporte, sino también un referente de resistencia y autogestión, donde los vecinos han asumido un rol protagónico en la transformación de su entorno. La obra impacta positivamente a 2.345 familias, fomentando la autoestima colectiva y fortaleciendo las redes organizativas en la zona, lo que beneficia a más de 3.300 electores y consolida una democracia basada en la participación activa.

T/RNV