Renuncia inesperada de la canciller Sarabia sacude al gobierno de Petro

La canciller colombiana, Laura Sarabia, presentó este jueves su renuncia irrevocable al cargo, en un movimiento que estremece al gobierno del presidente Gustavo Petro. A través de un comunicado difundido en redes sociales, Sarabia justificó su decisión como fruto de una “reflexión profunda”, aunque evitó profundizar en los motivos específicos.

“Me retiro con la tranquilidad de haber entregado lo mejor de mí y con la certeza de que hay momentos en los que decir adiós es también una forma de cuidar”, expresó. No obstante, dejó en claro su desacuerdo con decisiones recientes del mandatario, señalando que, por “coherencia personal y respeto institucional”, no podía avalarlas.

Tensiones en el gabinete

La salida de Sarabia llega en un momento crítico para Petro, quien enfrenta crecientes divisiones internas. Su nombramiento como canciller ya había generado malestar en sectores del gobierno, llevando incluso a la dimisión de otros ministros. Se esperaba que Sarabia mantuviera una línea de lealtad, pero en su mensaje fue contundente: “No se trata de diferencias menores ni de quién tiene la razón. Se trata de un rumbo que, con todo el afecto y respeto que le tengo, ya no me es posible ejecutar”.

A pesar de su partida, la exfuncionaria deseó a Petro un “cierre de gobierno exitoso” y se mostró abierta al diálogo. Sin embargo, su renuncia se suma a una ola de crisis políticas, incluido un presunto complot liderado por el exministro Álvaro Leyva para desestabilizar al presidente.

El trasfondo: el conflicto por los pasaportes

Medios colombianos especulan que el punto de quiebre habría sido un desacuerdo sobre la renovación del contrato de pasaportes. Sarabia había declarado una “urgencia manifiesta” para prorrogar el acuerdo con los proveedores ante el inminente vencimiento del plazo, pero Petro rechazó la medida, insistiendo en que la producción debía hacerse mediante la Imprenta Nacional de Colombia y la Casa de la Moneda de Portugal.

Este mismo tema precipitó la salida de Leyva, quien fue sancionado por la Procuraduría tras seguir instrucciones presidenciales para cancelar el contrato con la empresa Thomas Greg & Sons, entonces la única oferente.

La renuncia de Sarabia profundiza la incertidumbre en un gobierno que lucha por mantener la cohesión ante desafíos políticos y administrativos.

T/RNV