Lula nació en 1945 en el nordeste brasileño, en el estado de Pernambuco. Fue el séptimo hijo de una pareja de labradores sin estudios.

Lula se marchó al sur con siete años junto a su madre y hermanos. Una vez instalado en Sao Paulo, empezó a trabajar en el muelle para ayudar con los gastos de la casa. A los 8 años se convirtió en vendedor ambulante y a los 9, en limpiabotas. A los 14 años empezó a trabajar en una empresa metalúrgica, empleo por el que con 17 años pierde el dedo meñique de la mano izquierda al manipular una máquina.

Cumplida la mayoría de edad, Lula comenzó a frecuentar reuniones del sindicato del entonces clandestino Partido Comunista Brasileño. En 1969, cinco años después del golpe de Estado con el que se instauró una dictadura en el país, consiguió ocupar una plaza en la dirección del sindicato, cuya presidencia alcanzó en 1975. Entre 1978 y 1980, Lula comandó varias huelgas generales, que le valieron diversos ingresos en prisión, y en 1980 acabó formando el Partido de los Trabajadores.

Surge el mayor y más importante partido político de la redemocratización. Concebido en el cotidiano de luchas del movimiento sindical, el PT es prontamente apoyado e influenciado por intelectuales, religiosos, artistas, estudiantes y militantes egresos de la lucha armada. Lula es su primer presidente.

Lula es el primer obrero que se instaló como inquilino en el Palacio de la Alvorada. Sus dos gobiernos llevan la marca, principalmente, de la implementación exitosa de programas de distribución de ingresos, como el Bolsa Familia, y del acceso de los más pobres a líneas de crédito, salarios más altos, generación de empleos y mejor calidad de vida en educación, vivienda, infraestructura y saneamiento. La relación del gobierno con la población gana otra calidad, con la realización de más de 70 conferencias nacionales y la apertura sistemática del Palacio del Planalto a diferentes grupos de la sociedad civil organizada. Reelecto para un segundo mandato, Lula realiza la inédita proeza de elegir a su sucesora, Dilma Rousseff, y llega al final del gobierno con récord de popularidad.

Cuando Lula da Silva asumió la presidencia, el Comandante Chávez encontró un aliado en ese sueño, pero también un moderador de sus conflictivas visiones. Chávez y Lula impulsaron la creación de la Unión de Naciones Suramericanas, y Brasil fue clave para el ingreso de Venezuela en el MERCOSUR (Mercado Común del Sur). Nestor Kirchner respaldaba casi todas las iniciativas, y la poderosa imagen de los tres ofrecía la sensación de que el sueño integrador era imparable.

La integración de América Latina y el combate al hambre en África están entre las nuevas prioridades, al igual que la elaboración de estrategias capaces de promover el crecimiento económico sin sacrificar la justicia social, la distribución de ingresos, el desarrollo y el consumo. En 2012, Lula supera un cáncer en la laringe que había sido diagnosticado el año anterior.

En 2017, Lula da Silva fue condenado vilmente a casi diez años de prisión por un supuesto acto de corrupción, delitos que fueron promovidos por la extrema derecha, fue perseguido, atacado injustamente por una derecha que se ha mostrado siempre en contra del bienestar de los más vulnerables.

Ocho años después, entre abril de 2018 y noviembre de 2019, el fundador del Partido de los Trabajadores (PT) pasó un total de 580 días tras las rejas. tiempo en el que se celebraron unas elecciones a las que no pudo presentarse, Bolsonaro pudo salir electo presidente.  Estuvo 19 meses en prisión, en los que perdió a un hermano y a un nieto de 7 años. También Marisa Letícia Lula da Silva, que fue su esposa durante sus dos períodos de gobierno anteriores, murió en 2017.

En marzo de 2021 recuperó sus derechos políticos con la anulación de su sentencia por irregularidades procesales, por lo que el expresidente recuperó sus derechos.

Desde entonces, Lula lideró las encuestas con hasta un 20% de ventaja sobre Bolsonaro. En agosto, la ventaja de Bolsonaro se redujo alrededor del 10%.

Este autodefinido “joven” de 77 años, ícono de la izquierda brasileña y latinoamericana, se impuso este domingo con 50,83% de los votos -escrutado el 98,8% de los sufragios- sobre el ultraderechista Jair Bolsonaro, que buscaba la reelección.

T/RNV web