El Sumo Pontífice, en su tradicional bendición Urbi et Orbi, alertó del riesgo que existe de no querer dialogar, de que la complejidad de la crisis induzca a elegir atajos, en vez de los caminos lentos del diálogo.
Recordó las zonas del mundo azotadas por conflictos y las consecuencias económicas, sociales y sanitarias que ensombrecieron la Navidad, por segundo año consecutivo.
El Papa Francisco, pidió el cese de las tensiones entre Kiev y Moscú y por la tragedia entre Yemen y Siria, que han provocado muchas víctimas y refugiados.
La alta autoridad de la Iglesia Católica, celebró la misa de Navidad, en la Basílica de San Pedro de Roma ante dos mil fieles con mascarilla.
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