El papa Francisco asegura que el mundo, la política y la opinión pública se están acostumbrando a la guerra.
Esas fueron parte de sus declaraciones en el evento «Ninguno se salva solo, paz y fraternidad» en la Plaza del Capitolio en un encuentro internacional de oración y paz promovido por la Comunidad de San Egidio.
Según el Papa Francisco es imperante detener la guerra y un deber de los políticos ante Dios por ser la paz el principal objetivo, concluyendo entonces que a partir de la fe religiosa se puede devenir artesanos de la paz considerando que «las religiones están al servicio de la paz y la fraternidad».
Por último, reiteró la importancia de rezar por la paz y actuar para ponerle fin a la guerra.