Ecuador se encuentra sumido en una crisis política tras más de una semana de protestas, enfrentamientos, saqueos, represión, una declaración de estado de emergencia, un estancamiento en la actividad económica y el traslado de la sede del Gobierno fuera de la capital.
El pasado 1 de octubre el presidente Lenín Moreno anunció una serie de medidas económicas que desataron una ola de protestas en todo el país, registradas con mayor intensidad en Guayaquil y Quito (capital).
Los recortes anunciados por Moreno forman parte de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que exigió reducir el gasto público e incrementar los ingresos del Estado, para desembolsar créditos por 4.200 millones de dólares.
Las protestas iniciaron el pasado 2 de octubre, junto con un paro anunciado por los transportistas. Inmediatamente, otros sectores de la sociedad se plegaron a la jornada de rechazo contra el paquetazo económico.
Ante la situación, el Gobierno ecuatoriano anunció la suspensión de las clases y decretó un estado de excepción en todo el territorio nacional, que está vigente por 30 días. Con esta disposición aumentó el número de efectivos policiales y militares.
Asimismo, Moreno movió la sede de su Gobierno hacia Guayaquil, y acusó al expresidente Rafael Correa y al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, de conspirar para desestabilizar su gestión.
Poco a poco, las manifestaciones en las calles fueron ganando respaldo, como el de los indígenas de la región Sierra y Amazonia. Ahora, miles de miembros de los pueblos originarios se mantienen concentrados en el parque El Arbolito de la capital ecuatoriana.
Los manifestantes exigen a Moreno levantar las medidas que, aseguran, van a perjudicar a los más vulnerables al encarecer los costos de los bienes y servicios.»No voy a cambiar la medidas, que quede claro, se eliminó el subsidio, se acabó la zanganería», aseveró Moreno el pasado 4 de octubre ante las demandas de la población.
Desde 1996 hasta 2007, Ecuador tuvo siete presidentes: tres fueron derrocados, uno destituido por el Congreso Nacional, otro ocupó el cargo como interino y tres terminaron períodos que no iniciaron.
La llegada de Rafael Correa puso fin a esa inestabilidad, siendo electo por primera vez en 2007 y consiguiendo la reelección en 2009 y 2013, lo que lo convirtió en el presidente con el mandato ininterrumpido más largo de la historia de Ecuador.
Lo cierto es que el país mantuvo una estabilidad política durante el tiempo que Correa estuvo al frente del Gobierno. Incluso, el actual presidente alcanzó el poder bajo el amparo del partido correísta, Alianza PAÍS, por lo que tras esos comicios se esperaba que existiera una continuidad de la Revolución Ciudadana en la figura de Moreno.
A menos de dos años del fin de Gobierno de la Revolución Ciudadana, nuevamente Ecuador es el foco de demandas sociales por parte de un pueblo que exige el respeto de sus derechos como ciudadanos.
T/Con información de Telesur