El ministro británico del Interior, Sajid Javid, anunció hoy que firmó la orden de extradición presentada por Estados Unidos contra el fundador de Wikikeaks, aunque aclaró que la última palabra la tendrán los jueces.
Hay una solicitud de extradición de Estados Unidos que se abordará mañana en los tribunales, pero ayer firmé la orden y la certifiqué, admitió el funcionario, en declaraciones este jueves a la emisora Radio 4, de la cadena BBC.
Assange cumple una condena a 50 semanas de cárcel en la prisión de máxima seguridad de Belmarsh por violar los términos de la libertad condicional otorgada la justicia británica en 2012, año en que se refugió en la embajada de Ecuador aquí para evitar ser enviado a Suecia, donde es investigado por presuntos delitos sexuales.
Su situación cambió el 11 de abril pasado, cuando el gobierno ecuatoriano le retiró el asilo político concedido siete años atrás, y lo entregó a Scotland Yard.
Estados Unidos quiere juzgar al ciberactivista australiano por haber publicado a través de Wikileaks miles de documentos secretos de la diplomacia y los militares norteamericanos.
Según trascendió, los 18 cargos contra Assange incluyen desde conspiración para cometer piratería informática hasta espionaje, y podrían acarrearle una sentencia total de 175 años de cárcel.
La audiencia de mañana sobre la petición de Washington será de procedimientos, y según explicó el editor jefe de Wikileaks, Kristinn Hrafnsson, aún no es seguro de que Assange pueda estar presente en la misma, ni siquiera a través de videoconferencia desde la prisión, debido a su mal estado de salud.
Está en el hospital de la prisión, aseveró Hrafnsson a principios de esta semana en una rueda de prensa con corresponsales extranjeros, en la que también recordó que el relator especial de Naciones Unidas para la tortura, Nils Merzer, alertó que Assange muestra síntomas de una persona expuesta a un maltrato psicológico prolongado, estrés extremo, ansiedad crónica y trauma psicológico intenso.
Christopher Marchand, uno de los abogados del periodista australiano, denunció, por su parte, las restricciones impuestas por las autoridades penitenciarias británicas para visitar a su cliente, a quien solo ha podido ver en un par de ocasiones desde abril pasado.
El letrado aclaró, no obstante, que el proceso de extradición a Estados Unidos podría demorar meses, quizás años.
T/Prensa Latina