Alrededor de 4 millones de niños en el mundo desarrollan asma cada año debido a la inhalación de la contaminación del aire con dióxido de nitrógeno, según un estudio publicado por investigadores de la Escuela de Salud Pública del Instituto Milken de la Universidad George Washington (Instituto Milken SPH), en Estados Unidos. El estudio, basado en datos de 2010 a 2015, estima que el 64 por ciento de estos nuevos casos de asma ocurren en áreas urbanas.
El estudio es el primero en cuantificar la carga mundial de los nuevos casos de asma pediátricos relacionados con el dióxido de nitrógeno vinculado con el tráfico mediante el uso de un método que tiene en cuenta las altas exposiciones a este contaminante que se producen cerca de carreteras concurridas, según la autora principal del estudio, Susan C. Anenberg, profesora asociada de salud ambiental y ocupacional en el Instituto Milken SPH. «Nuestros hallazgos sugieren que podrían prevenirse millones de casos nuevos de asma pediátrica en ciudades de todo el mundo al reducir la contaminación del aire», dice Anenberg.
«Mejorar el acceso a medios de transporte más limpios, como el transporte público electrificado y los desplazamientos activos en bicicleta y caminar, no solo reduciría los niveles de NO2, sino que también disminuiría el asma, mejoraría la condición física y reduciría las emisiones de gases de efecto invernadero», añade. Los investigadores vincularon conjuntos de datos globales de concentraciones de NO2, distribuciones de población pediátrica y tasas de incidencia de asma con evidencia epidemiológica que relaciona la contaminación por NO2 derivada del tráfico con el desarrollo de asma en niños. Después, pudieron estimar el número de nuevos casos de asma pediátricos atribuibles a la contaminación por NO2 en 194 países y 125 ciudades principales en todo el mundo.
El estudio, publicado en ‘The Lancet Planetary Health’, revela que aproximadamente 4 millones de niños desarrollaron asma cada año entre 2010 y 2015 debido a la exposición a la contaminación por NO2, que se deriva principalmente del escape de los vehículos de motor. Aproximadamente, el 13 por ciento de la incidencia anual de asma pediátrica en todo el mundo se relacionó con la contaminación por NO2. Entre las 125 ciudades, el NO2 representó entre el 6 por ciento (Orlu, Nigeria) y el 48 por ciento (Shanghai, China) de la incidencia de asma pediátrica. La contribución de NO2 superó el 20 por ciento en 92 ciudades ubicadas tanto en economías desarrolladas como en economías emergentes.
Ocho ciudades registran las mayores contribuciones de no2 al asma
Las diez mayores contribuciones más altas de NO2 se estimaron para ocho ciudades en China (de 37 a 48 por ciento de la incidencia de asma pediátrica) y en las ciudades de Moscú, Rusia y Seúl, Corea del Sur, con un 40 por ciento. El problema también afecta a ciudades de Estados Unidos: Los Ángeles, Nueva York, Chicago, Las Vegas y Milwaukee fueron las cinco principales ciudades de Estados Unidos con el mayor porcentaje de casos de asma pediátricos relacionados con el aire contaminado.
A nivel nacional, las mayores cargas relacionadas con la contaminación del aire se encontraron en China con 760.000 casos de asma por año, seguida por India con 350.000 y Estados Unidos con 240.000. El asma es una enfermedad crónica que dificulta la respiración y se presenta cuando las vías respiratorias de los pulmones están inflamadas. Se calcula que 235 millones de personas en todo el mundo tienen asma, lo que puede causar sibilancias y ataques que amenazan la vida. La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que la contaminación del aire es «un riesgo ambiental importante para la salud» y ha establecido pautas de calidad del aire para NO2 y otros contaminantes del aire.
Los científicos estiman que la mayoría de los niños vivían en áreas por debajo de la actual guía de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 21 partes por billón para el NO2 promedio anual. También encontraron que alrededor del 92 por ciento de los nuevos casos de asma pediátricos que eran atribuibles al NO2 ocurrieron en áreas que ya cumplen con la pauta de la OMS. «Ese hallazgo sugiere que la guía de la OMS para NO2 podría necesitar una reevaluación para asegurarse de que sea lo suficientemente protectora para la salud de los niños», afirma Pattanun Achakulwisut, autor principal del artículo y científico postdoctoral en el Instituto Milken SPH.
Los investigadores encontraron que, en general, las ciudades con altas concentraciones de NO2 también tenían altos niveles de emisiones de gases de efecto invernadero. Muchas de las soluciones destinadas a limpiar el aire no solo evitarían nuevos casos de asma y otros problemas de salud graves, sino que también atenuarían el calentamiento global, dice Anenberg.
Se debe realizar una investigación adicional para identificar de manera más concluyente el agente causante dentro de las complejas emisiones de tráfico, señalan los investigadores. Este esfuerzo, junto con un mayor monitoreo de la contaminación del aire y estudios epidemiológicos realizados en países con datos limitados, ayudarán a refinar las estimaciones de nuevos casos de asma relacionados con la emisión de tráfico, añaden S. Anenberg y Achakulwisut.
T/Ecoticias