71 años atrás, la Unión Soviética celebró la gloriosa victoria sobre la Alemania nazi en la Gran Guerra Patria. El 9 de mayo, a lo largo y ancho de Rusia se celebra la gran hazaña del pueblo soviético, que no se rindió ante los nazis.
Fue la batalla decisiva entre ambos bandos y se libró en las calles de Berlín, que era el centro del poder nazi.
La participación de las fuerzas del Ejército soviético marcó un antes y un después en el conflicto bélico, antes de la entrada de las tropas rojas en la guerra, las fuerzas de Adolfo Hitler se habían extendido por el territorio europeo sin mucha resistencia.
La Gran Guerra Patria tuvo como antecedente la instauración del Imperio nazi o el Tercer Reich (tercer imperio) que se mantuvo por un período de 12 años, entre 1933 y 1945, tiempo en el cual Adolfo Hitler gobernó Alemania bajo los postulados ideológicos del nazismo, sistema que condujo al exterminio de socialistas, comunistas, homosexuales, así como los judíos y alemanes de origen judío, negros y gitanos, considerados por el dictador como una raza inferior.
Entonces fueron aniquilados cerca de 11 millones judíos, en lo que se conoce como el Holocausto. También eliminaron a cerca de un millón de gitanos, el neofascismo procuraba así «la pureza de la raza».
En 1939, el nazismo encabezado por Adolf Hitler daba inicio a la Segunda Guerra Mundial y comenzaba sus planes anexionsitas, invadiendo países como Bélgica, Checoslovaquia, Dinamarca, Francia, Grecia, Holanda, Luxemburgo, Noruega, Polonia y Yugoslavia, con pretensiones sobre territorios de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
Frente a esta situación, entre junio de 1942 y febrero de 1943, la Unión Soviética inició la defensa de su territorio, siendo recordada la resistencia ejercida en la ciudad de Stalingrado (en la actualidad Volgogrado), que duró 200 días y conocida como la Gran Guerra Patria, para enfrentar la invasión alemana.
Stalingrado es el punto de entrada a la rica región petrolífera del Cáucaso y era un objetivo central del mando alemán, pero la heroica resistencia de los soldados y pueblo soviéticos, también demostrada aquí, lo impidieron.
La derrota de los alemanes en Stalingrado fue un punto de inflexión en la guerra, pues el ejército rojo pasó a la ofensiva, destinada a barrer con las fuerzas alemanas.
Posteriormente, a principios de 1945 los tropas soviéticas rodeaban Berlín, mientras que tropas de Estados Unidos e Inglaterra ocupaban Alemania occidental.
El ejército rojo penetra en la ciudad y sostiene enfrentamientos con la población civil adepta al régimen nazi, y Hitler se suicida en su búnker el 30 de abril de ese año.
Dos días después, el 2 de mayo de 1945, el General alemán Helmuth Weidiling, se rindió incondicionalmente al general ruso Vasili Chuikov y más tarde, el 9 de mayo, el Mariscal alemán Wilhem Keitel oficializó la capitulación del ejército alemán. Con ello, se logra la victoria y se pone fin a la Segunda Guerra Mundial.
T/RT/AVN/TeleSUR
Fue la batalla decisiva entre ambos bandos y se libró en las calles de Berlín, que era el centro del poder nazi.
La participación de las fuerzas del Ejército soviético marcó un antes y un después en el conflicto bélico, antes de la entrada de las tropas rojas en la guerra, las fuerzas de Adolfo Hitler se habían extendido por el territorio europeo sin mucha resistencia.
La Gran Guerra Patria tuvo como antecedente la instauración del Imperio nazi o el Tercer Reich (tercer imperio) que se mantuvo por un período de 12 años, entre 1933 y 1945, tiempo en el cual Adolfo Hitler gobernó Alemania bajo los postulados ideológicos del nazismo, sistema que condujo al exterminio de socialistas, comunistas, homosexuales, así como los judíos y alemanes de origen judío, negros y gitanos, considerados por el dictador como una raza inferior.
Entonces fueron aniquilados cerca de 11 millones judíos, en lo que se conoce como el Holocausto. También eliminaron a cerca de un millón de gitanos, el neofascismo procuraba así «la pureza de la raza».
En 1939, el nazismo encabezado por Adolf Hitler daba inicio a la Segunda Guerra Mundial y comenzaba sus planes anexionsitas, invadiendo países como Bélgica, Checoslovaquia, Dinamarca, Francia, Grecia, Holanda, Luxemburgo, Noruega, Polonia y Yugoslavia, con pretensiones sobre territorios de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
Frente a esta situación, entre junio de 1942 y febrero de 1943, la Unión Soviética inició la defensa de su territorio, siendo recordada la resistencia ejercida en la ciudad de Stalingrado (en la actualidad Volgogrado), que duró 200 días y conocida como la Gran Guerra Patria, para enfrentar la invasión alemana.
Stalingrado es el punto de entrada a la rica región petrolífera del Cáucaso y era un objetivo central del mando alemán, pero la heroica resistencia de los soldados y pueblo soviéticos, también demostrada aquí, lo impidieron.
La derrota de los alemanes en Stalingrado fue un punto de inflexión en la guerra, pues el ejército rojo pasó a la ofensiva, destinada a barrer con las fuerzas alemanas.
Posteriormente, a principios de 1945 los tropas soviéticas rodeaban Berlín, mientras que tropas de Estados Unidos e Inglaterra ocupaban Alemania occidental.
El ejército rojo penetra en la ciudad y sostiene enfrentamientos con la población civil adepta al régimen nazi, y Hitler se suicida en su búnker el 30 de abril de ese año.
Dos días después, el 2 de mayo de 1945, el General alemán Helmuth Weidiling, se rindió incondicionalmente al general ruso Vasili Chuikov y más tarde, el 9 de mayo, el Mariscal alemán Wilhem Keitel oficializó la capitulación del ejército alemán. Con ello, se logra la victoria y se pone fin a la Segunda Guerra Mundial.
T/RT/AVN/TeleSUR