Pon un poco de jengibre en tu dieta saludable

El jengibre es una planta tropical, originaria de la India y de Malasia, que mantiene cierto parecido a la caña de azúcar. Es de sabor acre, picante, y despide un aroma pronunciado. Sus variedades son dos: el blanco completamente mondado, y el gris que conserva íntegra su corteza. En el interior, sin embargo, ambas variedades son iguales, según puntualiza.

«Bajo tierra se encuentra un tesoro de la naturaleza, lleno de nutrientes, y con un sabor y aroma inconfundibles. (…) Aunque pueda parecer una raíz o tubérculo, lo que consumimos en realidad es el ‘rizoma’, un tallo carnoso y rugoso de la planta, que crece bajo tierra, normalmente en sentido horizontal», destaca la doctora Ana Bellón, en ‘Alimenta tu salud.

Esta médico de familia y experta en nutrición subraya sobre el jengibre que el fresco suele ser el que más se consume, ya que se puede comprar el rizoma en las fruterías. Mientras, indica que el jengibre seco se usa de manera similar al fresco, pero hay que remojarlo antes de cocinarlo. Su sabor resulta muy parecido, según aprecia, a la vez que menciona que en polvo, está mucho más concentrado, por eso las dosis de uso deben ser más moderadas.

Se usa sobre todo en repostería y en recetas a las que se quiere dar un suave toque picante. «En la cocina puede ser utilizado tanto para la elaboración de tartas, de pasteles y de conservas de frutas, como para la preparación de salsas y de otros condimentos. Se adapta tanto a los sabores dulces y delicados, como a los fuertes y picantes. También es ingrediente en numerosos medicamentos», indican desde la Fundación Española de Nutrición en este sentido.

Al tener un sabor tan fuerte, la doctora Bellón advierte de que siempre hay que tomarlo en pequeñas dosis, aunque a cambio, aporta muy pocas calorías. «Si se toma en forma de suplemento, en cápsulas, la dosis recomendada es de 0,5-1 gramos al día», agrega. Puede suponer un remedio para las náuseas en el embarazo, y también en las provocadas por el mareo en los viajes. Se puede tomar en estos casos media hora antes de los trayectos en infusiones, o como producto fresco, según aconseja.

Además, Bellón resalta que el jengibre alivia el dolor y la fatiga de los deportistas porque es un antiinflamatorio natural. «Posee una sustancia, el ‘gingerol’, que tiene un gran poder analgésico y reduce los estados inflamatorios. Por eso puede ser un buen aliado cuando se padece dolor crónico», añade la experta en nutrición.

Otro de sus beneficios para la salud es que es rico en minerales y vitaminas, y además tiene unas valiosas propiedades antibióticas, protege el estómago, y facilita la digestión, además de evitar flatulencias, y también de combatir el mal aliento, mejorar la circulación sanguínea, ser antioxidante y reforzar el sistema inmune. «Resulta un buen aliado en la lucha contra los resfriados, los procesos catarrales o gripales, gracias a sus propiedades expectorantes y descongestivas», subraya la profesional de la salud.

En este sentido, la médico de familia indica que añadir jengibre a los zumos, licuados y batidos naturales es una manera muy fácil de enriquecerlos. Eso sí, alerta de que no existe ninguna base científica que indique que la infusión de jengibre por las mañanas, o bien el zumo de limón, o cualquier otro líquido tomado en ayunas, nos aporte un beneficio extra, pese a la creencia popular.

 
T/Ecoticias