Las manifestaciones de los «chalecos amarillos» arribaron este sábado a su décimo cuarto fin de semana consecutivo, movilizando miles de personas en París y otras ciudades francesas para protestar por las reformas económicas del Gobierno y la situación actual de Francia.
Cristophe Chalençon, uno de los activistas del movimiento, afirmó el pasado jueves en declaraciones a la cadena de televisión italiana La7, que el país galo se encuentra «al margen de una guerra civil» ya que hay personas retiradas del Ejército en oposición al poder que «están listos para intervenir» y «derrumbar el Gobierno», explicó.
Originalmente, las protestas de los ‘chalecos amarillos’ estaban motivadas por el aumento planificado del impuesto sobre el combustible. Sin embargo, pese a que el Gobierno del presidente Emmanuel Macron anuló ese aumento de impuestos, las protestas se han convertido en un movimiento más amplio dirigido contra de las políticas oficiales y sus reformas económicas.
Los manifestantes se quejan -en el plano general- de los impuestos exorbitantes, de los bajos salarios y de la incapacidad de encontrar un trabajo bien remunerado, al tiempo que acusan a las autoridades de alejarse de la gente y trabajar en beneficio de las personas más ricas del país.
T/AVN
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