La administración Siria informó a través de la agencia gubernamental de noticias SANA que «aunque ciertamente en la zona aún persisten grupos terroristas, el ataque fue llevado a cabo de forma irresponsable, acabando con la vida de más de sesenta ciudadanos sirios y causando decenas de heridos, entre los que hay menores de edad».
SANA informa que al efectuarse el bombardeo «15 personas, entre ellas mujeres y niños, fallecieron en la aldea de Al Sousse y otras 37 perdieron la vida (luego de que las bombas) impactaran en la mezquita Usman ibn Affan». Asimismo, «diez murieron por un ataque a la aldea de Al Bubadran».
El medio aseguró que «la coalición aplica desde hace días la política de tierra arrasada con el pretexto de combatir el terrorismo del denominado Estado Islámico (Daesh), y en este empeño bombardea hogares de civiles, mezquitas e infraestructura en aquellas zonas rurales».
La agencia gubernamental no desestima la posibilidad de que aumenten las muertes tras asegurar que aún muchas víctimas se encuentran sepultadas bajo los escombros.
Siria ha denunciado en reiteradas ocasiones que el Gobierno estadounidense interfiere en problemas internos del país y que esas acciones son ilegales.
Durante la 73.º Asamblea General de la ONU el canciller sirio, Walid Muallem, pidió a las fuerzas de EEUU, Turquía y Francia «retirarse inmediatamente y sin condiciones» de Siria.
El presidente francés, Emmanuel Macron, declaró tras el ataque: «Tuvimos éxito en el plano militar, todos los misiles lanzados alcanzaron sus objetivos, las capacidades químicas del régimen sirio han sido destruidas y no hubo ninguna víctima colateral».
T/ Telesur
