Tal vez Gleyber Torres ha podido encarar de buena manera a los lanzadores de las Grandes Ligas. Posee números que, al menos por los momentos, lo proyectan como el pelotero con más posibilidades de ganar el Novato del Año de la Liga Americana. Pero el camarero de los Yanquis de Nueva York se topó el martes con un rival con el que pocos pueden: una lesión.
Aaron Boone, manager de los Bombarderos de Bronx, retiró al venezolano del juego del lunes, después que sintiera molestias físicas. No hubo alarmas encendidas. De hecho, el cuerpo técnico estaba optimista. Sin embargo, el miércoles el bisoño fue inscrito en la lista de incapacitados de 10 días por un tirón en la cadera derecha.
Todavía no hay cuidados de grandes magnitudes en la anatomía de Torres. Los médicos de la organización y el alto mando cree que puede viajar con el equipo a Toronto y hasta que si la lesión hubiese ocurrido a finales de temporada, con una posición comprometida para el equipo, se hubiesen arriesgado a que jugara. Pero para estas alturas, Boone y sus hombres de confianza prefieren prevenir cualquier complicación con la lesión.
Si todo marcha bien, Torres no estará fuera del terreno por mucho tiempo, aunque estará en la penosa letanía durante el receso del Juego de Estrellas, algo que le dará tiempo de juego al experimentado Neil Walker.
En 62 juegos esta temporada, el caraqueño posee promedio de bateo de .296, .913 de OPS, 15 cuadrangulares y 42 carreras remolcadas.
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