El 11 de abril de 2002, Venezuela fue escenario de un golpe de Estado en contra del presidente constitucional de la República, Hugo Chávez. Organizaciones políticas de la ultraderecha nacional, medios de comunicación privados, representantes de la iglesia católica y el sector financiero, se aliaron para arremeter en contra del naciente proceso de transformación social.
Ese día «la derecha venezolana mostró su verdadero rostro», escribió el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, refiriéndose al plan de la ultraderecha que comenzó en horas de la mañana con una concentración en Chuao, que derivó horas después en una movilización hasta el Palacio de Miraflores, y el asesinato de manifestantes en el centro de Caracas a manos de francotiradores.
El plan antidemocrático de la derecha, cuidadosamente orquestado con los medios de comunicación y el gobierno de los Estados Unidos, a través de Charles Shapiro y John Maisto, no sólo contemplaba el asesinato de venezolanos, su principal objetivo era la salida del Comandante Chávez.
Hace 16 años la derecha venezolana mostró su verdadero rostro al accionar en complicidad con medios privados de comunicación un criminal golpe de Estado contra el Gobierno Bolivariano, el Pueblo venezolano y el Comandante Hugo Chávez. #NuncaMasUn11A pic.twitter.com/OutJ86Yuhn
— Nicolás Maduro (@NicolasMaduro) 11 de abril de 2018
En Venezuela queremos paz, ¡no más violencia y división como hace 16 años! Para que nunca más un Golpe de Estado pretenda terminar con la Revolución Bolivariana, es más importante que nunca que este 20 de mayo el chavismo se una y vaya a votar. #JuntosTodoEsPosible
— Nicolás Maduro (@NicolasMaduro) 11 de abril de 2018