La “rabo de cochino” no solo fue la denominación que el comandante Hugo Chávez le dio a su firma personal, también apeló a ese recurso semántico para definir la curva que lanzaba en los juegos amistosos de béisbol. Con ese lanzamiento rotatorio, que utilizó para ponchar al líder cubano Fidel Castro y al jonronero dominicano Sammy Sosa, Chávez evidenció su apego por una de las tantas pasiones que lo acompañó en vida: el deporte.

El líder socialista, que destacó de joven en el béisbol y luego en su paso por el Ejército, llegó a la Presidencia en 1999 para iniciar un proyecto político que reivindicaría los derechos del pueblo, afianzaría la inversión social y promovería planes de desarrollo para la juventud. El deporte, por tanto, se erigió como un vértice fundamental de su gobierno.

El primer paso para la dignificación del deporte se produjo en 1999, a raíz de la Carta Magna que aprobaría la Asamblea Nacional Constituyente por iniciativa de Chávez. La nueva Constitución ratificó en su artículo 111 que el Estado asumirá el deporte y la recreación como política de educación y salud pública y garantizará los recursos para su promoción.

La modificación constitucional marcó el prólogo de la revolución deportiva.

Además de brindarles a los deportistas de alto rendimiento las facilidades para cumplir con el ciclo olímpico y paralímpico, el plan que lideró Chávez priorizó la masificación del deporte en escuelas, liceos, universidades y espacios públicos para fomentar planes de convivencia.

“Crear escuelas del deporte, institutos científicos. Hemos venido haciéndolo. Y sobre todo apoyar, pero hasta en el más pequeño detalles, a nuestros atletas olímpicos, los atletas de alto rendimiento”, enfatizó en el 2012, en el acto de de conmemoración del campeón olímpico Rubén Limardo.

En base a esta visión, el líder socialista promovió más de 200 convenios de cooperación de orden internacional como la Misión Barrio Adentro Deportivo, que contempla el apoyo de entrenadores cubanos en sectores populares y el envío de atletas criollos a La Habana.

Los logros siguen vigentes. En su mandato se creó la Liga Bolivariana de Béisbol (2003), la Universidad Iberoamericana del Deporte y la Agencia Bolivariana Antidopaje (2004), los Simoncitos Deportivos (2004), el Centro Nacional de Ciencias Aplicadas al Deporte (2004), el Ministerio para el Deporte (2006), las Unidades Educativas de Talentos Deportivos (2006) y la Universidad del Deporte (2006).

Aunado a ello, se aprobó la Ley Orgánica de Deporte, Actividad Física y Educación Física (2011), que sienta las bases para la masificación; la Liga Deportiva Samuel Robinsón (2012) y el Plan de Desarrollo Económico y Social (2007-2013), entre otros programas.

En materia de infraestructura, Chávez impulsó la realización de la Copa América 2007 en el país y para ello se levantaron nueve estadios de envergadura, así como las ciudades deportivas para los Juegos Nacionales Cojedes (2003), Andes (2005) y Llanos (2007).

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