Norberto Iriarte aportó legado de enseñanza a la diablada de Naiguatá

Foto: Cortesía de AVN.
Foto: Cortesía de AVN.

Este sábado falleció el cultor Norberto Iriarte, diablo mayor de los Diablos Danzantes de Corpus Christi de la cofradía de Naiguatá, producto de un infarto.

La información fue suministrada por el ministro para la Cultura, Freddy Ñáñez, a través de su cuenta en Twitter, @luchaalmada, donde expresó: “se nos fue Norberto Iriarte, Diablo Mayor de los Diablos Danzantes de Corpus Christi de Naiguatá. Sostengamos la tradición en su memoria”.

La desaparición física del cultor se produce a menos de dos meses de la celebración de Corpus Christi, que este año se conmemorará el 26 de mayo.

Meses antes Iriarte concedió una entrevista para la Agencia Venezolana de Noticias, en la que conversó sobre su rol de diablo mayor desde su capacidad de enseñar a otros la tradición. “Mi abuelo siempre dijo que el diablo mayor –yo siempre le hice mucho la pregunta sobre qué se necesitaba para serlo- debe ser simplemente un buen ejemplo. Si se da el ejemplo de cómo deben hacerse las cosas, muchos te van a seguir. Con mi padre también pasó lo mismo”, recordó en esa entrevista.

Norberto también asumió el rol espiritual que tiene como diablo mayor frente a la cofradía. En los dos últimos años que estuvo frente a la cofradía se dedicó a cruzar a los muchachos que se han iniciado como diablos, ritual que se realiza previo al Corpus Christi, que se hace para alejar cualquier mal durante la víspera y la celebración al Santísimo.

Iriarte, quien nació el 14 de febrero de 1960, comenzó a bailar como diablo a los cinco años de edad. En aquellos días de 1965 sólo había 12 diablos comprometidos en su fe y en el arraigo ancestral de honrar al Santísimo Sacramento en Naiguatá.

Siguió los pasos de su abuelo Ciriaco Iriarte (Canta bonito) y su padre Norberto Iriarte, ambos reconocidos en la tradición de Corpus Christi en la entidad varguense.

Danzó por más de 50 años, comprometido no solo con ser un buen diablo, sino con velar por el apego hacia las manifestaciones originarias que permitieron a los Diablos Danzantes de Naiguatá ser declarados Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en diciembre de 2012 por la Unesco.

Iriarte había sido nombrado diablo mayor en 2013, luego de la muerte de Robin Izaguirre, su antecesor. Hoy en día la cofradía de los diablos danzantes, experimentó un drástico incremento y ya pasa los 1.500 diablos.

Este domingo las cofradías de los Diablos Danzantes rindieron homenaje al Diablo Mayor en la iglesia de la parroquia Naiguatá, con lo cual despidieron a quien durante 50 años, con humildad y sencillez, llevó en alto la tradición del Corpus Christi desde el litoral central.

T/ AVN