Del título de la pasada edición de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional con las Águilas del Zulia a ser parte de uno de los equipos más flojos de las Grandes Ligas, Freddy Galvis puede presumir que se ha mantenido constante, pese a lo desigual de su 2017.
Esa palabra es clave para el campocorto, que tanto con el madero como con su guante, no ha dejado que nadie dentro de la organización de los Filis de Filadelfia cuestione su lugar en el lineup de todos los días.
“La temporada no ha sido buena en lo grupal, pero individualmente siento que he mejorado bastante”, comentó el jugador, próximo a cumplir 28 años de edad, en una visita reciente al Marlins Park. “He trabajado mucho para ello y gracias a Dios las cosas han salido bien”.
Ser parte de una novena que no compite no es algo que le quite el sueño, porque sabe que pronto llegará el momento en el que su equipo sea protagonista.
“Estamos en reconstrucción y no competimos ahora mismo, por lo que el trabajo es engranar como grupo, mejorar en nuestro beisbol y ganar experiencia, para que cuando llegue el momento de competir, estemos en un buen nivel”.
En la Liga Nacional es el toletero que defiende las paradas cortas con el tercer mayor número de bases alcanzadas (223), solo por detrás de Corey Seager (243) y Zack Cozart (229), todos estos guarismos antes de la jornada del jueves.
En tanto que exhibe la mejor línea ofensiva de su carrera (.254/.306/.385), con marcas personales en dobles (28) y triples (6), y muy cerca de superar sus topes en hits (147) y remolcadas (67).
Pero donde más destaca Galvis es al campo. No solo tiene el mejor promedio de fildeo de todas las mayores (.989), sino que acumula la quinta mayor cantidad de oportunidades defensivas (610), segundo en el viejo circuito, y también es quinto en factor de alcance (4.19), por lo que un Guante de Oro no debería sorprender en su caso.
“El manager, los coaches, todos me hablan sobre eso, pero yo trato de no poner eso en mi mente, sino de jugar todos los días y hacer mi trabajo”, apuntó el falconiano, que en 2016 fue candidato al galardón. “Si llega, me voy a poner muy contento, pero ahora lo que quiero es hacer que el equipo gane”.
EL DILEMA DE FILADELFIA
Antes del encuentro del 8 de septiembre, los Filis habían jugado 1.239 innings y Galvis solo había estado en el banco en 16 de ellos. El venezolano abrió los primeros 140 partidos del equipo, pero el manager Pete Mackanin no lo puso en el lineup del desafío 141 en el Nationals Park.
Galvis estaba algo cansado y fue su decisión quedarse fuera contra los Nacionales esa noche, cediendo su lugar en el campocorto a J. P. Crawford, el principal prospecto de la organización.
El criollo, de 27 años de edad ha emergido como un líder en el clubhouse y un bate respetable. A la gerencia de los Filis le gustan ambos peloteros, pero el dilema que se presenta es como tenerlos a ambos arriba más allá de 2017.
Si Filadelfia cree que Crawford puede aportar la suficiente defensa en el shortstop, su gran capacidad para embasarse, una de las falencias de Galvis, le convertiría en un pelotero muy atractivo. Quizás por eso, en lugar de dejar que Crawford disputara los playoffs de la Liga Internacional con el Lehigh Valley (Triple A), los Filis lo subieron para ver cómo reaccionaba al pitcheo de las Mayores y hasta ahora (.261/.352/.391) no ha defraudado.
Galvis es líder en la Liga Nacional con 152 encuentros disputados y aunque marcha con el mejor OBP (.306) de su carrera, sigue siendo bajo.
T/RNV/PRENSA LVBP