El pasado miércoles el vicepresidente de los Estados Unidos de Norteamérica (EEUU), Michael Pence, visitó el Doral, en Miami, localidad altamente poblada por venezolanos, para reunirse con diversos activistas de la derecha venezolana, desde participantes del golpe de Estado de abril de 2002 y el sabotaje petrolero de 2002-2003, hasta ex alcaldes prófugos de la justicia venezolana por su participación activa en planes sediciosos contra la República, que mantuvieron en estado de zozobra a los venezolanos entre abril y julio de este 2017.
Un par de días antes de anunciar el abierto bloqueo financiero contra la estatal Petróleos de Venezuela, principal industria y sustento del pueblo venezolano, desde el altar de la iglesia católica Guadalupe, en esta zona residencial, Michael Pence se dirigió a decenas de venezolanos que lo esperaron pacientes durante horas, y aseguró que tras la gira realizada por algunos países de Latinoamérica, el Gobierno estadounidense consideró pertinente aplicar las medidas «solicitadas» en contra de Venezuela.
La conferencia fue presenciada por personajes como Juan Fernández, uno de los principales artífices del sabotaje petrolero impuesto por la derecha nacional entre finales de 2002 y principios de 2003, con el objetivo de derrocar el gobierno constitucional de Hugo Chávez. También asistió el empresario y banquero Eligio Cedeño, prófugo de la justicia venezolana por delitos cambiarios, fiscales y estafa a la nación.
Sin embargo, el grupo más privilegiado, que fue atendido por Pence en una reunión privada, fue liderado por el ex alcalde del municipio Chacao, Ramón Muchacho, prófugo de la justicia venezolana por su participación activa en el plan sedicioso que durante más de 100 días impulsaron para generar ingobernabilidad e interrumpir el mandato constitucional del presidente Maduro.
En esa reunión también estuvieron los prófugos de la justicia Carlos Vecchio, Gustavo Marcano y Werner Jiménez, y Óscar López, ex director del despacho del gobernador de Miranda, Henrique Capriles.
T/AVN