contaminacionluminicaUn tercio de la población mundial no puede observar la Vía Láctea debido a los altos niveles de contaminación lumínica en el planeta. Así lo indica un informe realizado por la revista científica ‘Science Advances’, que asegura que esa cifra aumenta hasta un 99% de la población si nos centramos sólo en Estados Unidos y Europa.

Según Cel Fosc, Asociación española contra la Contaminación Lumínica, ésta se define como “el uso de luz artificial en intensidades, direcciones y horarios innecesarios para la actividad humana” y se debe principalmente a la utilización de luminarias mal diseñadas, tanto en la vía pública como en el hogar.

Precisamente, y tal y como indica Cel Fosc, la polución lumínica es uno de los problemas ambientales que más ha crecido en los últimos años llegando a afectar no sólo a la naturaleza sino también a la salud de las personas. Pero, ¿qué consecuencias puede tener la contaminación lumínica? ¿Cómo se puede evitar? A continuación, recogemos algunos de los riesgos que suponen los altos niveles de iluminación:

1. Problemas de salud Una de las principales consecuencias es la alteración del ritmo biológico: el ser humano está programado para dormir de noche (cuando no hay luz), pero el exceso de ésta interrumpe el sueño e influye en la falta de descanso. Además, el abuso de luz artificial incide directamente en los ojos provocando fatiga visual y, según la Agencia Internacional para la investigación del Cáncer (IARC), que forma parte de la Organización Mundial de la Salud, este tipo de contaminación puede estar asociada a la aparición de enfermedades más graves como la ansiedad, la depresión o, incluso, el cáncer.

2. Inseguridad en la carretera Las luces mal orientadas o demasiado potentes en la carretera hacen perder agudeza visual y generan zonas de sombra muy contrastadas donde el ojo humano tarda un tiempo en alcanzar un grado óptimo de visión. Precisamente, tal y como indica Cel Fosc, los conductores tienden a correr más en tramos sobreiluminados, lo que supone una reducción en la seguridad vial.

3. Graves consecuencias en los animales La contaminación lumínica altera el ciclo biológico de cientos de especies de animales, ya que un 30% de los vertebrados y más del 60% de los invertebrados son nocturnos. Además, según Cel Fosc, miles de aves migratorias mueren cada año por desviarse de su trayectoria debido a los deslumbramientos provocados por la luz artificial.

4. Cambio climático Aunque no afecta a la atmósfera directamente, desde el Instituto de Astrofísica de Canarias se asegura que el despilfarro energético sí que supone emitir una mayor cantidad de dióxido de carbono (CO2) que perjudica a la capa de ozono e incrementa considerablemente el calentamiento global.

5. Sobreconsumo El gasto innecesario de electricidad para iluminar calles y plazas en momentos en que nadie las utiliza, o monumentos y carteles publicitarios en horas donde nadie los observa produce un consumo energético excesivo que, según la Asociación Española de Medio Ambiente, incrementa un 25% y un 40% las facturas de la luz.

6. Dificulta la visión del cielo estrellado El firmamento forma parte del Patrimonio de Generaciones Futuras de la UNESCO y la contaminación lumínica impide la práctica de la actividad astronómica a muchos kilómetros de distancia del foco contaminante.

¿Cómo reducir la contaminación lumínica? La ‘International Dark-Sky Association’, organización estadounidense que lucha contra la polución lumínica desde 1988, advierte que el principal problema sobre este tipo de contaminación es que todavía existe “una gran carencia de conciencia sobre el tema”. Por ello, la misma asociación ofrece una serie de medidas para intentar que el abuso de la luz artificial afecte lo menos posible:

– Disminuya la cantidad de luces encendidas en casa a partir de medianoche.

– Reduzca a la mitad la potencia de luz, es decir, utilizar la cantidad correcta de acuerdo a las necesidades y no iluminar en exceso.

– Cambie las bombillas de casa por las de bajo consumo.

– Use controles de tiempo para asegurarse de tener luz dónde y cuándo sea necesario y, de esta forma, reducir los gastos en electricidad.

– Dirija el haz de luz siempre hacia abajo, ya que su reflejo en superficies proximas puede afectar a la visión.

– Evite la luz artificial en la medida de lo posible y aproveche al máximo la luz natural.

– Intente dormir en una habitación completamente a oscuras en la cual no entre la luz del exterior.

 

 

T/Ecoticias