En sesión solemne y extraordinaria número 2, el Consejo Legislativo del estado Yaracuy, rindió homenaje a las acciones emprendidas por el entonces teniente coronel Hugo Rafael Chávez Frías, quien el 4 de febrero de 1992, dirigió la operación Zamora desde el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR 200), que tendría como objetivo, deponer el gobierno del entonces presidente Carlos Andrés Pérez, pasar a una de transición de una junta cívico militar como respuesta a una insurrección social que se venía gestando desde inicios de este mandato.
El contralmirante Horacio Loreto, jefe de la Milicia Yaracuy, resaltó como orador de orden, que es necesario participar todos en la repolitización a fin de reconquistar espacios que fueron ganados en la revolución bolivariana.
El orador, recordó los episodios que compartió con Chávez, “pude aprender de Chávez, de su humildad, sus vivencias, sus principios, el gran amor y apego por nuestra patria, y ese deseo de luchar por romper las cadenas que mantenían atadas al pueblo que sufría la opresión de un gobierno nefasto, realmente fue un regalo compartir con Chávez”.
El contralmirante dijo que para 1992, ya los índices macroeconómicos eran alarmantes, el alza del Impuesto al Valor Agregado (IVA) afectaban el poder adquisitivo del pueblo, el paquetazo económico fue una burla para los venezolanos, como todas las malas políticas que golpearon al pueblo durante 40 años, los programas sociales eran un disfraz para justificar un gasto social que sólo beneficiaba a las cúpulas.
Finalmente mencionó aun cuando Chávez, se dirigió a la nación en aquel histórico “Por ahora, los objetivos no fueron logrados”, mostró más preocupación por su país que por el mismo, toda vez que llamo a sus compañeros a deportar las armas a fin de evitar derramamiento de sangre, especialmente de civiles.
Por su parte, Henrys Mogollón, presidente del Cley, manifestó que el 4 de febrero representa un quiebre en la historia política de nuestro país, una fecha en la que inicia la construcción de nuestra segunda independencia, la que desde la rebelión de los negro desde las luchas de Gual y España, Francisco de Miranda, la campaña libertadora de Bolívar y la gesta de Ezequiel Zamora, quienes fueron traicionados y fue el 4 de febrero el punto de llegada para consumar una verdadera democracia.
El alto mando militar rindió honores ante la estatua ecuestre del libertador, tal como lo hicieron las autoridades del poder ejecutivo, legislativo y judicial, entre otras autoridades que ofrendaron.
La orden José Joaquín Veroes post-mortem fue para honrar al sargento segundo William Giménez Martínez, mientras que el contralmirante Horacio Loreto, recibió el reconocimiento como orador de orden, por parte del Cley.
T/Prensa CLEY