Un 04 de marzo de 1956, en La Guaira, estado Vargas, se empezó a escribir la historia de uno de los más grandes exponentes de la proyección de la cultura popular venezolana. Omar Orozco Santana, hijo de Elina Santana y Jesús Rafael Orozco, desde temprana edad fue ejemplo de fuerza, determinación, originalidad e irreverencia. La inventiva a la hora de expresar su arte dan fe de su capacidad de observación y valoración de lo que lo rodeaba.
Orozco, dos veces ganador del Premio Municipal de Danza (1999- 2001), consciente de las dinámicas socioculturales y con esa visión vanguardista emprendió diversos proyectos para expresar su amor incondicional y visión transformadora del país.
El correlator de la declaratoria del joropo como Patrimonio Inmaterial de la Patria en el año 2014, y Director de Danza de grandes espectáculos como: La Magia de la Navidad, La Fiesta del Joropo, Juventudes Tricolor, La Graciosa Sandunga, entre otros, también realizó su aporte a la Nación como Director del Museo Jacobo Borges, Director de Enlace Comunitario del MUCCA, Director del Museo Alejandro Otero y Gerente de Educación de los Museos Armando Reverón y Carlos Cruz Diez. Desde el 2014 hasta el momento de su partida se destacó como Director Ejecutivo de la Fundación Centro Nacional de Danza.
Por su desempeño invaluable en el estudio de la diversidad cultural venezolana, como investigador articulista en las revistas Así Somos y Bigott, y su vocación formativa sustentada en la educación popular no se le podía otorgar menos que la condecoración Mérito al Trabajó en su Primera Clase, la cual recibió en el año 2009.
Su partida temprana e inesperada el pasado 20 de marzo deja una gran tristeza en la cultura popular venezolana, sin embargo, sus enseñanzas siguen vivas en todos aquellos que reconocieron, valoraron y defienden su trabajo como investigador, bailador, coreógrafo, padre, hijo, hermano, amigo, ambientalista y transformador social.
T/ Harold Palacios
